La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha verificado hasta ahora ataques contra 26 instalaciones sanitarias en Ucrania en las más de dos semanas de guerra. El ataque al hospital infantil de Mariúpol donde murieron al menos tres personas y 17 resultaron gravemente heridas, o el bombardeo a un hospital psiquiátrico cerca de Járkov con 330 pacientes dentro han hecho reaccionar a diversos colectivos sanitarios sevillanos en repulsa por este ataque "contra la población civil más vulnerable". 

Desde el Colegio de Médicos de Sevilla, su presidente, el pediatra Alfonso Carmona, lo tiene claro. "Es una de las mayores barbaries que se pueden hacer en una guerra". 

El presidente de los médicos sevillanos recuerda la "crueldad" de una guerra con "bombardeos inteligentes", marcada por un alto impacto de las nuevas tecnologías que son capaces de "hacer mucho daño a la población civil más vulnerable". Además, rechaza que, precisamente por ello, estos bombardeos en centros sanitarios se hayan producido por error. "Las bombas caen donde ellos quieren y esos centros son los que querían bombardear. Es un atentado contra la humanidad", sentencia.

El Colegio ya difundió un comunicado en sus redes sociales en el que manifestaba su más "profunda repulsa y rechazo a la invasión y agresión" sufrida por Ucrania a manos de Rusia. "Este organismo considera del todo inaceptable estas acciones y confía en que caiga todo el peso de la ley y el derecho internacional sobre los agresores de forma inmediata", recogía el escrito en el que el organismo también exhorta a "que se proteja especialmente al personal sanitario ucraniano e internacional cuya labor fundamental es, en estos oscuros momentos, de altísimo riesgo".

Por último, el Colegio también anunció la puesta a disposición de los afectados por esta invasión de todos sus recursos a través de su comisión de Cooperación Internacional, así como el desarrollo de campaña de recogida y envío de todo tipo de material médico y medicamentos a las zonas afectadas.

Misma campaña que también se está llevando a cabo desde el Colegio de Enfermería de Sevilla, desde donde ya se han enviado a Ucrania las primeras donaciones recogidas durante las última dos semanas en coordinación con la Iglesia Ucraniana y la Hermandad de Santa Marta.

Su presidente, Víctor Bohórquez, expresa igualmente su rechazo a estos ataques. "Es una cuestión atroz porque ya no se está respetando una de las premisas básicas de toda guerra que es la de no atentar contra las personas convalecientes en hospitales o ambulancias y es algo que Putin tampoco está siendo condocoroso en ese sentido", sostiene.

Este colegio profesional continua recogiendo ayuda para Ucrania pero, debido a las obras del tranvía de Ramón y Cajal y a problemas de espacio, han trasladado su centro logístico a Fibes. De igual modo, en la web colegial se encuentra un listado de puntos de recogida de empresas colaboradoras, así como la lista de necesidades que tienen los ucranianos: pañales para niños de distintas tallas y también para adultos, toallitas higiénicas, compresas y alimentos no perecederos y enlatados ya preparados para consumir (quedan excluidos el vidrio y los líquidos), entre otros.