Un taxista denunció este lunes los ataques y el boicot sufridos en el aeropuerto de San Pablo, donde descubrió su vehículo con las cuatro ruedas pinchadas. El conductor había ido a recoger a unos clientes de una empresa con la que trabaja habitualmente y dejó el coche aparcado en el parking de autobuses. Al volver con los clientes, sobre las cinco y veinte de la tarde, se encontró con que alguien había rajado las cuatro ruedas del vehículo y que le impedían así realizar su trabajo. El taxista denunció los hechos ante la Policía Local, que se puso incluso en contacto con el director del Instituto del Taxi para informarle de lo ocurrido.

Los daños ocasionados al coche ascienden, según las primeras estimaciones, a unos 400 euros, más los servicios que este taxista dejó de hacer este lunes por la tarde. El conductor lamentó que sufriera estos daños en su coche cuando incluso se había apuntado en un registro que existe en el aeropuerto de San Pablo para que los taxistas que allí rinden sepan qué conductor irá a realizar un determinado servicio.

Pese a que los profesionales ajenos a la asociación que tiene el control sobre los servicios en el aeropuerto no están obligados a apuntarse en este registro por ley, este conductor optó por hacerlo para evitar problemas. Al volver encontró su coche con las ruedas pinchadas, por lo que montó a los clientes en un taxi y les advirtió que sólo pagaran 25 euros, como máximo, por el trayecto.

La Policía levantó acta de lo ocurrido y estuvo presente en la retirada del vehículo, pero por el momento no ha sido detenida ninguna persona por estos daños. En el parking no hay cámaras ni vigilantes, por lo que no hubo testigos.