La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La intimidad perdida de Sevilla
Si algo bueno tiene la alerta antiterrorista para los policías es que por fin tendrán unos buenos equipos de protección con los que trabajar. El Ayuntamiento de Sevilla ha tramitado ya el expediente para comprar unos 350 chalecos antibalas y anticortes para la Policía Local, que hasta ahora sólo disponía de 140 unidades. Es decir, había chalecos para aproximadamente el 15% de la plantilla, que está compuesta por 1.094 agentes. Con esta nueva remesa, casi la mitad de los policías locales de Sevilla dispondrán de estas prendas.
La inversión municipal para la compra de estos equipos de protección será de 252.000 euros, lo que supone la partida más importante de los últimos años. Ya el año pasado el Ayuntamiento intentó comprar varias decenas de chalecos antibalas, pero la empresa que ganó el concurso no cumplió los requisitos fijados en el pliego de condiciones, por lo que el material se terminó devolviendo y la empresa tuvo que indemnizar al Consistorio.
Los chalecos que se utilicen en Sevilla deben tener unas condiciones especiales, adaptadas al clima de la ciudad. Si se emplearan prendas de gran tamaño como en otras ciudades con climas más frescos, para los agentes sería imposible trabajar en Sevilla durante los días de mucho calor con los chalecos puestos. Por ello, las prendas que pretende adquirir el Ayuntamiento son de un tejido especial transpirable, apto tanto para el calor como para el frío. Por un lado está el paquete antibalístico y por otro la funda que la recubre, que llevará la misma serigrafía y color que el uniforme de la Policía Local. Por eso habrá unidades que lleven la funda en color amarillo y las otras en azul oscuro.
Los nuevos chalecos serán de uso personal, al igual que ocurre con las armas o con los cascos de los motoristas, por ejemplo. Los 140 que hay en la actualidad son todos de la misma talla y se utilizan indistintamente por los policías. La consigna actual es que haya dos chalecos por patrullero, por lo que los agentes se turnan en el uso de los mismos. Las prendas se quedan en el vehículo y están a disposición de quien usa el coche y en función de cada turno. Además, todos los chalecos son del mismo tamaño y no hay distinciones según el sexo del agente. Este problema no sólo lo padece la Policía Local de Sevilla, sino también la Policía Nacional y la Guardia Civil, cuerpos en los que las mujeres suelen tener problemas a la hora de colocarse los chalecos porque no están adaptados para ellas.
El Ayuntamiento ha tenido en cuenta todos estos detalles y habrá chalecos de distintas tallas y también un grupo de prendas específicas para mujeres. Los chalecos que se pretenden comprar corresponden a uno de los modelos más avanzados del mercado y serán muy similares a los que usa la Policía Local de Córdoba desde el año pasado. En el caso de esta ciudad, la empresa que ha suministrado estos elementos de protección es USP. Son chalecos con una funda externa que imita al uniforme y que tienen patrones específicos para la morfología femenina. Estas prendas pasaron distintas pruebas de laboratorio en las que se comprobó y certificó su resistencia balística y a la penetración de un arma blanca. En concreto, están certificados inicialmente con nivel de protección balística IIIA, según la norma NIJ Standard 0101.04 del Instituto Nacional de Justicia de EEUU, así como con el nivel KR2 y SP2, conforme a lo establecido por la norma HOSDB 2007 parte 3 de la Body Armour Standard de la Policía británica.
Además de la certificación de protección mínima inicial que se exigía, los chalecos fueron sometidos a pruebas en condiciones de humedad y temperatura extremas, con una metodología de ensayo diseñada específicamente por el servicio de armamento de la Jefatura de la Policía Local de Córdoba, para comprobar la respuesta de los distintos modelos que se presentaron al concurso. Estas pruebas se realizaron tras acondicionarlos en una cámara climática durante 24 horas a temperaturas de más de 70 grados con una humedad relativa de entre el 90% y el 95%. También fueron sumergidos en agua durante otras 24 horas y se les sometió a impactos de diferentes calibres y velocidades con posiciones y ángulos de incidencia críticos. Soportaron además impactos de cuchilla y punzón con energías de hasta 50 julios.
Ésta precisamente era una de las preocupaciones del Ayuntamiento de Sevilla, puesto que la mayoría de ataques a policías que se han dado en los últimos tiempos en Europa han sido con armas blancas. Por ello, el personal de las delegaciones de Recursos Humanos y Movilidad, Seguridad y Fiestas Mayores del Consistorio ha estado trabajando durante los últimos meses con los responsables de la Jefatura y con representantes del sindicato mayoritario, el Sindicato Profesional de Policías Municipales de España (Sppme) en Sevilla. Esta central ya ha informado a sus afiliados de que se ha firmado el pliego de condiciones técnicas para la compra de los chalecos, y recordó que esta medida responde a un compromiso adquirido por el Ayuntamiento durante la pasada Feria de Abril.
En la orden del cuerpo, documento con el que la Jefatura de la Policía Local se comunica con todos los policías y en el que figuran todas las instrucciones dadas a la plantilla, también se ha publicado ya que "se ha formalizado la transferencia de crédito necesaria con el fin de iniciar el expediente de compra de los chalecos".
El casco histórico de Sevilla sigue blindado dos semanas después de los atentados de Cataluña. El Ayuntamiento de Sevilla, cumpliendo con las recomendaciones del Ministerio del Interior, ha colocado bolardos y maceteros de gran tamaño en las zonas peatonales y de mayor afluencia turística. El entorno del Alcázar y la Catedral, los monumentos más visitados de la ciudad, así como el de la Torre del Oro, cuentan con estos enormes maceteros a modo de barrera. También se han ubicado piezas de este tipo en la entrada por la calle San Fernando y en la Puerta de Jerez. En las calles más comerciales, como Tetuán o Rioja, hay patrulleros de la Policía y furgones cruzados para impedir cualquier acceso en coche a las calles más transitadas del centro. Es también habitual ver a los agentes de la Policía Nacional patrullando con armas largas, algo que lleva sucediendo desde el pasado invierno pero que se ha reforzado a raíz de los atentados de Cataluña. La presencia policial es continua tanto en el casco histórico como en la estación de Santa Justa y en el aeropuerto de San Pablo, como establece el nivel 4 de la alerta antiterrorista, que permanece activo desde hace más de un año.
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