La tradicional cucaña de la Velá de Triana le cuesta a Sevilla 16.000 euros
La cifra es baja si se compara con otras actividades en la ciudad como el espectáculo de fuegos artificiales que cierra la Feria de Abril
Cómo se puede participar en la cucaña de la Velá de Triana 2025
¿Tendría sentido la Velá de Santa Ana sin su cucaña? Esta actividad es uno de los grandes reclamos de la fiesta que arrancó el lunes con el pregón del cantante Rafael Almarcha y culmina el sábado. Tiene tantos seguidores que no son pocos los que han elevado la categoría de esta competición al deporte por excelencia del barrio de Triana. La adquisición, instalación, mantenimiento y desmontaje de los materiales necesarios para llevar a cabo este concurso le cuesta al Ayuntamiento de Sevilla 16.305 euros. Una cifra muy baja si se compara, por ejemplo, con los 24.000 euros que costó el espectáculo de fuegos artificiales de la última Feria de Abril.
Si se desglosa el presupuesto, incluye la embarcación para la instalación de la cucaña, los materiales necesarios para el amarre, la embarcación auxiliar de apoyo, las banderas para la colocación en el palo, los elementos para garantizar la seguridad y el desmontaje de las instalaciones. También está incluida la póliza de responsabilidad civil.
La de ayer fue la primera tarde en que se disputó esta competición. A eso de las 18:30 horas, la embarcación cedida por Lipasam que lleva la cucaña atracó en el río Guadalquivir, bajo la atenta mirada de cientos de vecinos a lo largo y ancho de la zapata de la calle Betis aprovechando que el calor está dando una tregua. Las reglas de la prueba son sencillas. Cada competidor debe correr por el tronco dispuesto en el barco para atrapar la bandera que ondea al final. 15 metros de distancia. Tan cerca y, a la vez, tan lejos.
El reto no tiene trampa ni cartón. Bueno sí, el madero está embadurnado en cebo –sostenible, eso sí– para dar un puntito de dificultad al asunto. El trofeo es casi simbólico, si antes se daba un jamón o chacina y cuenta la leyenda que hasta un cochino, ahora el premio son 30 euros. Pesa más el orgullo de sentirse vencedor y la camaradería que se crea con el resto de participantes, que vienen desde otros barrios de la ciudad.
Para enfrentarse a la competición, cada maestrillo tiene su librillo desde tiempos inmemoriales. Desde que la propia prueba nació en el siglo XV en el Reino de Nápoles. Cada jugador tiene su maña. Más válida que la fuerza. Tomar impulso antes de salir, dar una carrera sin mirar atrás y jugar con el equilibrio hasta tocar el trofeo con la punta de los dedos. No hay nada escrito y los mejores secretos para superar la prueba han pasado de generación en generación.
Aunque el origen de la cucaña se remonte al siglo XV, la primera vez que formó parte del programa de actividades de la Velá de Santa Ana data de 1910. Siempre se ha celebrado, cobrando la misma popularidad que la fiesta mayor del verano, con excepción de los años que duró la Guerra Civil y algunos posteriores.
La competición se celebrará cada tarde hasta el sábado. Todavía quedan cuatro jornadas para que los valientes se atrevan a cruzar el río y afronten una de las actividades más divertidas de esta fiesta que suma adeptos cada año. Siempre quedarán como consuelo un cartucho de avellanas verdes y una manzanilla dando un paseo por el arrabal trianero, que esta semana se viste con sus mejores galas.
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