El yihadista de Sevilla Este, otro joven universitario de una familia integrada
Salah Eddine Taiebi queda en libertad con medidas cautelares tras ser detenido el lunes por la Policía Nacional
El joven habría sido incriminado por Zouhair El Boudidi, el hijo del imán de Su Eminencia, que preparaba un atentado en Sevilla
El número 10 de la calle Thailandia de Sevilla, donde la Policía Nacional detuvo el pasado lunes a otro presunto yihadista, es un conjunto residencial compuesto por varios bloques alrededor de un gran patio central. Es una disposición muy al estilo de las promociones construidas en Sevilla Este desde finales del siglo XX. Está casi en el extremo más alejado del barrio, muy cerca de la avenida de Emilio Lemos y de la explanada donde cada domingo se celebra el mercadillo. Aquí todas las calles tienen nombres de países asiáticos: la intersección más cercana es India, por ejemplo, y en las inmediaciones tienen calles Vietnam, Pakistan, la República de China o Hong Kong.
Thailandia es peatonal. En la puerta del número 10 hay tres chicas. Una de ellas lee en su teléfono móvil una noticia que las otras dos no se terminan de creer. "Han detenido al Salah por yihadismo, lo dice el periódico", comenta la mayor de las adolescentes. Las tres son amigas del hermano menor del sospechoso, con el que juegan a diario en el patio central de la comunidad, en la que apenas hay extranjeros.
"Aquí sólo vive una familia árabe, sólo pueden ser ellos. Llevan muchos años viviendo aquí, vinieron de Marruecos y yo no puedo hablar mal de ellos. El padre vino destinado de Madrid porque trabajaba en una empresa, no le puedo decir de qué porque no lo sé. Luego se buscaba la vida con muchos trabajos. Y es habitual que compre un buen coche y lo venda allí en su país", explica un vecino que conoce a la familia.
El vecino indica al periodista cuál es el piso del sospechoso. Una voz responde al telefonillo. Dice que no es Salah, pero no se identifica. "No se de qué me habla", y cuelga. Cuando el periodista insiste y le pide hablar un momento en persona, pide por favor que "deje de molestar". Un teléfono móvil de la familia, que facilita otro vecino, también está apagado.
Salah Eddine Taiebi fue detenido el lunes y pasó a disposición del juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional el miércoles. Aunque el fiscal pidió el ingreso en prisión, el juez del caso decretó su puesta en libertad con cargos, aunque le impuso unas medidas cautelares, como la retirada del pasaporte y la prohibición de salir de España, así como la obligación de comparecer semanalmente en los juzgados. Su detención está relacionada con el arresto, el pasado 9 de abril en Marruecos, de Zouhair El Bouhdidi. Este joven de 23 años, hijo del imán de la mezquita de Su Eminencia, preparaba según los servicios de información un atentado en Sevilla, aunque todavía no tenía capacidad ni infraestructura para hacerlo.
Durante su interrogatorio en Marruecos, habría confesado a la Policía de este país su intención de atentar en la capital andaluza y que se radicalizó viendo vídeos del Estado Islámico. Una fuente marroquí indicó a la agencia Efe tras el arresto que el presunto yihadista había admitido que contactó por Telegram con esta organización terrorista, que le pidió que esperara antes de cometer ningún atentado y que formara una célula yihadista en Sevilla. En su confesión, habría dado nombres de algunos de sus amigos con los que montar esta supuesta estructura terrorista.
Uno de ellos sería Salah Eddine, el joven de Sevilla Este, al que El Bouhdidi habría conocido en la Universidad de Sevilla. Ambos habrían compartido vídeos del Estado Islámico, pero ni en Su Eminencia ni en Sevilla Este halló la Policía material para preparar un atentado. En algunos de estos vídeos la organización llamaba a atentar en Semana Santa.
Esta supuesta célula, en el caso de que así lo fuera, estaría todavía en una fase muy embrionaria. Prueba de ello es que el juez ha decretado la libertad con cargos para el joven de Sevilla Este. El de Su Eminencia, sin embargo, tiene en su contra también la supuesta confesión ante las autoridades marroquíes, lo que le ha supuesto el ingreso en una cárcel de este país.
Algunas fuentes apuntan a que esta última operación en la calle Thailandia se produjo después de una información clave facilitada hace unos días por un policía nacional de la capital andaluza. La Policía Nacional mantiene abierta la investigación para tratar de averiguar si hay alguna persona más relacionada con los dos detenidos que pudiera haber mostrado síntomas de una radicalización rápida o compartido información en internet sobre el Estado Islámico.
La operación la ha desarrollado la Comisaría General de Información, con agentes desplazados desde Madrid expresamente para ello. El mismo lunes, mismo día de la detención, se produjo al arresto de la vivienda. Lo hicieron, como pretendían hacer en Su Eminencia hasta que se filtró la operación, de la manera más discreta. Tanto que muy pocos en el vecindario se percataron de que había en marcha una operación terrorista.
Quien sí lo hizo fue el camarero del bar La Rosa, que está justo en la esquina de las calles Thailandia e India, donde el sospechoso y uno de sus hermanos acudían a ver los partidos del Madrid y del Barcelona. "Algo hubo el lunes, estuvo por aquí la Policía", admite el trabajador. Uno de los clientes explica que el presunto yihadista y el hermano son aficionados de los dos principales equipos de España, y ven juntos los partidos en el bar.
Del conjunto de viviendas sale un hombre que se interesa por la presencia de periodistas en la puerta. Lleva el mismo tatuaje que Camarón, una media luna y una estrella de David en una de las manos. Inmediatamente se arrea un sonoro guantazo a sí mismo. Se ríe y dice que él ya ha salido en el Diario de Sevilla, y hasta en la tele. Es uno de los dos palmeros que aparecen en un vídeo que se hizo viral en el que dos personas marcan el compás a tortas.
Se monta en la puerta una improvisada tertulia. Los vecinos aseguran que la familia del presunto yihadista es un matrimonio con cuatro hijos, tres varones y una chica. Precisamente igual que la del detenido en Marruecos. Los dos son jóvenes universitarios e integrados en Sevilla, con amigos españoles. La diferencia está quizás en el barrio. Su Eminencia es una zona más bien deprimida de la ciudad, un barrio en el que hay bastante actividad relacionada con el tráfico de drogas, con calles estrechas y de casas bajas, en la que hay una comunidad relativamente importante de musulmanes. De hecho, hay una mezquita que dirige Abderrahim Bouhdidi, el padre del primer detenido.
En Sevilla Este, pese a ser el barrio más poblado de la ciudad y en el que viven más de 100.000 habitantes, la mayoría de los habitantes son españoles. La mezquita más cercana está en un pequeño local de Torreblanca y el proyecto que había para erigir un gran templo en el barrio fracasó. En bloques como Thailandia residen familias trabajadoras de clase media y con hijos estudiantes. La Universidad fue precisamente el nexo de unión entre los dos detenidos.
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