Sevilla FC

Un Bayern sin Thiago pero con Sané

  • El rival del Sevilla en la Supercopa de Europa del 24 de septiembre presentará significativos cambios en Budapest

El Bayern, a la llegada a Múnich con el trofeo de la Champions.

El Bayern, a la llegada a Múnich con el trofeo de la Champions. / Phillipp Guelland (Efe)

El Bayern Múnich, rival del Sevilla en la final de la Supercopa de Europa del próximo 24 de septiembre en Budapest, ganó la triple corona (Bundesliga, Copa y Liga de Campeones) con una curiosa mezcla de jugadores, cuerpo técnico y directivo que mezclan lo que ha sido el pasado del club con un presente victorioso y, a la vez, con lo que puede ser un futuro a corto, mediano y largo plazo.

Ante el PSG, en la final, había jugadores que habían estado ya en el triplete de 2013 (Manuel Neuer, Jerome Boateng, David Alaba y Thomas Müller, y Javi Martínez estuvo en el banquillo).

En la directiva había representantes del equipo que ganó tres Copas de Europa en los años 70 como Uli Hoeness, que ya no es presidente pero sigue siendo miembro del Consejo de Vigilancia, y Karl-Heinz Rummenigge que es presidente del Consejo Directivo. El sucesor designado de Rummenigge en el cargo es Oliver Kahn. Y como director deportivo está Hasan Salihamidzic.

El título europeo llega en medio de una temporada loca en la que cuando el entrenador Hansi Flick llegó al banquillo para sustituir a Niko Kovac pocos hubieran apostado por el Bayern. Ni siquiera la Bundesliga parecía al alcance (el Bayern acababa de caer por 5-1 ante el Eintracht Fráncfort y era cuarto) y las dudas eran muchas.

Y ha sido capaz de ganar ocho veces seguidas la Bundesliga, imponiendo un nuevo récord. Antes, la serie más larga habido sido de tres ensaladeras seguidas.

Cuando ha habido dudas en medio de una temporada el entrenador, primero Carlo Ancelotti y luego Kovac, ha sido destituido. La razón de fondo en ambos casos fue la misma: los dos habían perdido el vestuario. Ahora con Flick, según dijo Rummenigge en el banquete tras la final, la plantilla del Bayern se ha convertido en “un grupo de conjurados”.

De 2013 hasta ahora ha habido una renovación paulatina, más bien silenciosa. Aquel equipo giraba en torno a Franck Ribery, Arjen Robben, Bastian Schweinsteiger y Philipp Lahm. Un detalle curioso que no se haya hecho ningún fichaje espectacular para compensar la salida de ninguno de ellos sino que su puesto ha sido asumido por jugadores que ya estaban en el equipo.

Serge Gnabry y Kingsley Coman fueron preparados para llenar el vacío de Ribery y Robben. Gnabry con cesión incluida al Hoffenheim para luego regresar. Joshua Kimmich ocupo el puesto de Lahm, luego el de Schweinsteiger y ahora en la final a ocho de Lisboa otra vez el de Lahm.

Otro que hace las veces de Schweinsteiger es Thiago Alcántara, que llegó casi inmediatamente después del triplete de 2013.

De los jugadores que estuvieron el domingo en el campo Alphonso Davies llegó al segundo equipo, David Alaba está en el club desde los 17 años, Niklas Süle llegó libre del Hoffenheim como alternativa a Boateng y era titular hasta que tuvo una rotura de ligamentos cruzados que lo tuvo casi la temporada completa fuera de las canchas.

Durante años, se ha estado esperando que el Bayern haga un gran movimiento en el mercado. Ahora, en parte, ha realizado uno que es la venida de Leroy Sané para la próxima temporada. También ha llegado Aleander Nubel, un joven meta que a largo plazo debe ser una alternativa a Neuer.

Thiago no ha renovado y se da casi por sentado por fichará por el Liverpool, la era de Javi Martínez puede haber terminado y el Bayern no ejecutó la opción de compra que tenía por Philippe Coutinho. Con respecto a Ivan Perisic, cedido por el Inter, todavía no hay acuerdo entre los dos clubes para el croata siga en el Bayern.

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