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Cádiz - Sevilla | Estilos contra realidades

Rakitic, Jordán, Rafa Mir, Ocampos y Nianzou, con Mendilibar.

Rakitic, Jordán, Rafa Mir, Ocampos y Nianzou, con Mendilibar. / José Ángel García

Habrá que mirar a otro lado si se trata de evaluar la coherencia táctica de un proyecto deportivo que marcaba la continuidad de una formula de éxito, pero la necesidad manda y el Sevilla tenía que agarrarse a donde fuera para evitar un descalabro de consecuencias imprevisibles, tanto deportivas como económicas. El tiempo se encargó de demostrar que la apuesta por Sampaoli era una locura tan efectista como temeraria, pues la catadura moral del personaje ya había dejado su impronta en el club y lo más grave es que los que lo sufrieron fueron los mismos que lo fueron a buscar.

Pero ya está bueno lo hecho y en el fútbol también es verdad que penaliza mirar hacia atrás, tanto para recrearse en los éxitos como para regodearse en la mierda propia, y el sevillista ya lo que busca es que el equipo gane como sea con Mendilibar en su debut, el técnico que debuta nada menos que en Cádiz en una tarde de alto voltaje con la Semana Santa calentando motores y las emociones a flor de piel.

La Previa La Previa

La Previa / Infografia

Lo que más curiosidad levanta es cómo se adaptará la plantilla a otro giro futbolístico, el tercero en la misma temporada, pero éste de una forma mucho más acusada, aunque la verdad es que se sorprendería el aficionado de a pie de la facilidad que tiene el futbolista profesional para adaptarse a todos los cambios tácticos habidos y por haber, máxime cuando se trata de un cambio en la dirección de un equipo que marca modificaciones en las relaciones entre el líder y un grupo, con todo lo que ello conlleva a nivel de privilegios, gustos, confianzas, oportunidades, respuestas...

Todo eso lo gestiona ya desde hace diez días el veterano técnico vasco, un entrenador que puede decirse que ha convencido a los que han apostado por él más por su verbo y sus sentencias llenas de lógica y fútbol puro que por los resultados de sus últimos equipos. Garantiza un estilo directo al núcleo, sin adornos y, para empezar, se ha encargado de calificar de prácticas suicidas la idea o “religión” como acabó llamando Sampaoli a su modelo de juego con el portero fuera del área, lo que la afición ha acabado demonizando.En lo que se refiere al once, las incógnitas lógicas de la llegada de un nuevo entrenador convierten en un jeroglífico la alineación que Mendilibar escogerá para su debut en un campo complicado, de los de la liga del vasco, con un Cádiz que lleva sin perder en el Nuevo Mirandilla –antiguo Ramón de Carranza– desde hace diez jornadas.

Para empezar, no está nada claro si será Bono o Dmitrovic el que guardará la portería en una decisión difícil y compleja para un técnico nuevo con los condicionantes que maneja y las variables que están en juego. Afianzar la confianza en un titular del pedigrí de Bono, entre los tres mejores del mundo y actual Zamora, o premiar al que ha entrenado este tiempo de parón con el equipo y que además ha demostrado momentáneamente estar en mejor forma como Dmitrovic. Sin duda una decisión espinosa que deberá tomar Mendilibar con mucho tacto y tino porque podrá tener consecuencias en el devenir de la temporada que aún queda por delante.

En cambio, por su estilo, pueden adquirir otra dimensión determinados futbolistas de juego muy marcado. Hombres de banda que, por ejempo, Jesús Navas si es bien dosificado puede elevar su porcentaje de centros al área, Bryan Gil en conducciones y capacidad para desbordes, Rafa Mir potenciar su poder rematador, Joan Jordán si es capaz de volver a encontrar esos terrenos en el balcón del área, Acuña en sus subidas también en la izquierda...

El respaldo está en la calidad de una plantilla que, en teoría, está muy por encima de los rivales que están luchando con los nervionenses por salir del infierno de la tabla. La clave está en adaptarse al cambio de estilo, una cuestión que a veces tiene más literatura que realidad.

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