Celta-Sevilla | La previa

La respuesta es hablar en el campo

  • El Sevilla debe zanjar ya su sequía triunfal a domicilio tras la dolorosa eliminación copera

  • El discurso de Machín vuelve a enfadar a la afición al hablar de una derrota "digna" en el Camp Nou

Bryan, Banega, Arana, Promes, Andre Silva y Kjaer se ejercitan.

Bryan, Banega, Arana, Promes, Andre Silva y Kjaer se ejercitan. / Antonio Pizarro

Quizá vaya en el aprendizaje de un neófito en un banquillo con el peso del Ramón Sánchez-Pizjuán. Quizá esté en su derecho de defender a sus jugadores y, de paso, sus decisiones en su afán de ser franco en las respuestas. Quizá, o no tan quizá, lleve razón en que el penalti sobre Messi, el que abrió la lata de la dolorosa derrota en el Camp Nou, sólo se pita en una dirección y en un 5% de los casos como mucho. Quizá esté cargado de argumentos internos que no puede exponer en público. Pero alguien debería decirle a Pablo Machín que si quiere contribuir a torcer esas estadísticas negativas en los grandes estadios que tanto le sorprendían el camino no es asumir la responsabilidad entre excusas y mucho menos hablar de dignidad ante derrotas tan indignas. Porque está en su labor también saber comunicar mejor y saber dirigirse menos lastimosamente a una afición dolida y avergonzada por su equipo.

Eso va en el sueldo del entrenador del Sevilla. Y si no sabe hacerlo, pues mejor que sea más parco en sus explicaciones ante la prensa, menos explícito, y hable en el campo como mejor respuesta. Es lo que debe hacer hoy el equipo de Pablo Machín, que ha vuelto a soliviantar a su afición con las explicaciones sobre la goleada en el Camp Nou:replicar sobre el césped, con ese fútbol que por momentos ha gustado tanto, sobre todo al calor de su gente. Porque aunque no ha perdido mucho fuera de casa, tampoco ha ganado apenas.

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Celta-Sevilla / Infografía

En la Liga, por ejemplo, ya bien pasado el ecuador del torneo, apenas salió triunfador el Sevilla tres veces. A saber, en Vallecas, ante un Rayo por hacer; en Valencia ante el Levante, el día que dio con la tecla del 3-5-2 con Ben Yedder en el once titular; y en Ipurua, tras sobrevivir al asedio del Eibar y matarlo a la contra en la segunda parte. Y de esta última victoria ya han pasado cuatro meses. Entre aquel 30 de septiembre y el malhadado 30 de enero del Camp Nou apenas ha ganado dos partidos, el de Akhisar, rodeado de demasiadas connotaciones negativas, y el de San Mamés en la Copa ante un Athletic que le dio prioridad a la Liga.

Hoy, en Balaídos el Sevilla está obligado a demostrar que es el cuarto clasificado. Incluso a darle parte de razón a su entrenador convirtiendo esa competitividad que siempre esgrime como defensa en un triunfo balsámico que zanje la sequía de victorias a domicilio y que pase página de verdad sobre la derrota de la Copa ante el Barcelona.

Y el partido llega en un contexto positivo para ello. No es un encuentro de alto voltaje, en uno de esos escenarios que amedrentan a los jugadores y a los entrenadores del Sevilla en su época más dorada no se sabe bien por qué. No es un partido de máxima rivalidad. Tampoco es un equipo en racha el que está enfrente. Todo lo contrario. Si Machín está presionado por ese 6-1 que hasta duele escribir y también por su fallido discurso de justificación, a su homólogo en el banquillo local le va la continuidad en la cita. Miguel Cardoso no tiene otra que ganar o irse despidiendo de Vigo. Y con esa presión debe saber jugar un Sevilla que reservó a Ben Yedder y a Franco Vázquez –¡hasta el minuto 77!– para algo.

El Celta echa mucho de menos a Iago Aspas, adalid sin igual de este equipo mal dirigido desde la elección del primer entrenador hasta la configuración de la plantilla. El Sevilla también tiene bajas, pero los artífices de esa pujanza ofensiva a la que Machín ha sabido darle rienda suelta, pero que él mismo ha menoscabado en las grandes citas, están en perfecto estado de revista. Los 46 goles que suman en total Ben Yedder (18), Sarabia (17) y Andre Silva (11), gracias a Machín también, estarán hoy sobre el césped. Ahí debe estar la respuesta del Sevilla y de Machín. Y no en la sala de prensa.

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