Sevilla-PSV Eindhoven

La temperatura sube en el polvorín

  • Diego Alonso se la juega en su última bala en Europa, pero el Sevilla como entidad, más

  • La plantilla tiene nivel de sobra para ganar al PSV y carácter para cambiar la situación, pero la nerviosera lo preside todo en la institución

  • Sergio Ramos: "Estamos a muerte con Diego Alonso"

Sergio Ramos toca el balón en el entrenamiento de ayer.

Sergio Ramos toca el balón en el entrenamiento de ayer. / Juan Carlos Vázquez

El polvorín gana temperatura por días y el simple hecho de abrir una ventana puede hacer que explosione todo. La entidad vive uno de los peores momentos de su historia reciente y la tensión se masca en cada bocanada de aire que se respira en el Ramón Sánchez-Pizjuán, que puede romper en pirotecnia saltando por los aires si Diego Alonso no es capaz de estrenarse en esta tarde de Champions cuando va camino de cumplir dos meses desde que llegó tras el tiro en el pie que para muchos fue la destitución apresurada de Mendilibar.

Está que arde el sevillismo. Y ni una broma admite. Ha sentado mal que el uruguayo dijera que en Anoeta se vio “uno de los mejores partidos” del equipo desde su llegada, palabras que matizó en una rueda de prensa algo tensa y con respuestas muy estudiadas. Llamativo fue que a la pregunta de si siente en estos momentos críticos el apoyo del club saliera por la tangente reseñando únicamente la confianza que le demuestran sus jugadores. Olió a cuerno quemado.

La previa La previa

La previa / Dep. Infografía

Pero lo cierto es que una entidad con el presupuesto del Sevilla no puede permitirse el no ganar nunca y las consecuencias de no hacerlo tampoco hoy serían muy graves, gravísimas. Primero en lo deportivo, pero sobre todo en lo económico. Sería un nubarrón más de cara al futuro cuando el lunes se desgranen las cuentas en la esperada por algunos y temida por otros Junta General de Accionistas.

El Sevilla de Diego Alonso se agarra con urgencia y las manos ya descarnadas al hierro candente de este partido ante Luuk de Jong y su cuadrilla, un equipo que asusta por sus números en la Eredivisie y que en la Champions sólo ha hincado la rodilla en el Emirates de Londres, donde los blanquirrojos hicieron el ridículo para intentar competir en el derbi. De verdad que hay que preguntarse quién asesoró en esa gestión al técnico charrúa, quién le dijo que ganarle al Betis era más importante que plantarle cara al Arsenal en Champions.

El Sevilla –y él, por supuesto– paga ahora las consecuencias. Colista del grupo, a tres puntos de Lens y PSV, el Sevilla ve peligrar incluso el salto al escalón inferior de la Europa League. El descalabro presupuestario sería entonces de proporciones planetarias. Sería algo así como desviar la trayectoria de un asteroide y dirigirla de lleno al núcleo de la entidad como sociedad anónima deportiva.

¿Exagerado? Si una entidad que ha recibido en el último ejercicio 80 millones de euros por competiciones –de los 85 totales– ha obtenido un resultado negativo de 19,3 millones, ¿a qué nivel tendría que llevar la desinversión de la plantilla con ingresos cero o casi cero en este apartado?

Diego Alonso acertaba de lleno ayer cuando replicaba que no era él el que estaba una final, sino que era el club entero. Y tanto.

Después, hay que pensar que el Sevilla tiene equipo para ganar hasta con solvencia a un rival como el PSV. Lo ha demostrado muchas veces pero ahora mismo el equipo es un reflejo del club como institución: la nerviosera, las dudas y las inseguridades pueden con absolutamente todo.

Para complicar más las cosas, la lista de bajas no es poca cosa y algunos de ellos son piezas clave. La de Nyland, por lo que está mostrando Dmitrovic, se llora desde hace tiempo; Suso es el mejor abrelatas para partidos enconados; Badé es el central más fiable a día de hoy de la plantilla y Soumaré recopilaba elogios llamado a ser el relevo de un ya cascado Fernando.

El panorama no es el más alentador, pero así y todo el Sevilla es el Sevilla, no lo olvidemos nunca. Tiene nivel y agallas para emerger como el ave Fenix. Eso sí, el polvorín está cogiendo temperatura...

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios