Sevilla FC

El compromiso de Isco: datos de su rendimiento creciente

Isco sonríe en medio de un rondo con Óliver Torres, Joan Jordán, Suso y Rekik.

Isco sonríe en medio de un rondo con Óliver Torres, Joan Jordán, Suso y Rekik. / Raúl Caro / Efe

El fichaje de Isco no estuvo exento de controversia en una afición que este verano lo ha cuestionado absolutamente todo. La calidad del internacional malagueño es indudable y el Mundial de Catar es el mejor señuelo para que su rendimiento en el Sevilla sea óptimo. Pero en el actual contexto de cuestionamiento de todo hay un importante sector del sevillismo que se pregunta por qué se le concedió a Julen Lopetegui el capricho de Isco y no se dotó el sistema defensivo y la medular de más fibra. La apuesta por el talento del malagueño fue clara y éste demostró en Villarreal de nuevo que está dispuesto a tirar del carro... por ahora.

También hay quien sospecha que si no termina de romper ni va al Mundial puede cansarse de conducir, ofrecerse, bajar a por el balón o tirar desmarques como el que propició el 0-1 de Óliver Torres en el Ciudad de Valencia, una jugada que llegó poco después de otra acción suya por la izquierda en la que también llegó hasta la línea de fondo y dio el pase de la muerte a Joan Jordán, quien erró el tiro. Jugó el segundo partido completo de Liga tras el de Cornellá, y después de jugar también prácticamente el encuentro entero en Copenhague (84 minutos).

Fue titular ante el Barça y desde entonces no ha soltado la camiseta: ya juega los partidos enteros

Poco a poco, Isco ha tomado los galones inherentes a su calidad y que se le presuponían cuando, también de forma diferencial, fue presentado ante casi 15.000 espectadores en agosto. El Sevilla le abrió las puertas del estadio, algo que no hacía desde el regreso de Jesús Navas, igual que Lopetegui le dio las llaves del equipo en cuanto pudo. No se lo pudo llevar a Pamplona porque, tras no haber hecho la pretemporada con ningún equipo, necesitaba un periodo de readaptación a la competición. Pero ya en Almería le dio casi 25 minutos; ante el Valladolid, más de media hora; y ya con el Barcelona le dio la titularidad y jugó 70 minutos, y repitió ante el Manchester City, jugando 78 minutos. Es decir, ha ido a más en la participación hasta hacerse con la camiseta de titular. De hecho, con el Villarreal fue el único fichaje en el once titular y devolvió la confianza dando el pase de gol.

Además, está respondiendo y esa leve mejoría –para muchos ficticia o insuficiente– tiene que ver también con su compromiso, con su implicación y con su incidencia en el juego del Sevilla de Lopetegui cuando más necesitado de confianza estaba el grupo. Ahí es donde Isco ha pedido el balón y ha dicho aquí mando yo.

Isco ataca el espacio tras el lateral izquierdo para el pase del 0-1 al Villarreal. Isco ataca el espacio tras el lateral izquierdo para el pase del 0-1 al Villarreal.

Isco ataca el espacio tras el lateral izquierdo para el pase del 0-1 al Villarreal. / @AlfonsoAL_

Ante el Villarreal profundizó en una de las labores que, con total libertad, le está dando Lopetegui: bajar a recibir en campo propio para iniciar la fase ofensiva, la creación de juego. Isco ha bajado de forma recurrente a recibir la pelota pese a que su posición, como falso 11 o a la izquierda, es siempre de 10, en el meollo, donde más queman las papas. Ahí, bajando a posiciones de inicio de juego, saca una de sus virtudes, el rápido giro con controles orientados para darse la vuelta y mirar el campo rival con una amplia perspectiva. Un rol necesario y que en el Sevilla a veces ha faltado, sobre todo desde la marcha de Banega.

El señuelo del Mundial es obvio; también la inquietud de que se quede fuera y no halle respuesta a su juego

Pero es que Isco, desde esa posición de mediapunta, aparece de forma continua en los tres cuartos y cae a las dos bandas, ofreciéndose como vía de salida pegado a la cal, o recibiendo ahí para tener asimismo un visión angular abierta desde la banda. Desde ahí ocasionó las primeras llegadas con el Villarreal, los pases de la muerte a Joan Jordán, desde la izquierda, y a Óliver Torres, desde la derecha, yendo a un desmarque de ruptura al espacio del carril del 7, donde Jesús Navas lo habilitó al hueco.

En el campo contrario, además, saca a relucir su visión de juego, su capacidad para el pase a la espalda de la zaga toma o para conducir rompiendo líneas. De hecho, es junto con Lamela el que más conducciones progresivas realiza, 27, y el de más pases a zona de tres cuartos, 21, tal y como recoge en un análisis estadísticos la cuenta @AlfonsoAL_. La estadística refuerza su rol. Y ahora hay que rodearlo del contexto ofensivo adecuado so pena de que se canse de ofrecer vías de salida... a la nada.

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