Sevilla FC

Monchi suena para el Chelsea mientras esquiva las balas

Monchi, en un momento de su balance de la planificación en el Sevilla, recientemente.

Monchi, en un momento de su balance de la planificación en el Sevilla, recientemente. / Antonio Pizarro

Hace apenas dos semanas, en plena tormenta de críticas en contra del Sevilla de Lopetegui, Monchi y Castro (el orden cada uno pone el que quiere según sus odios preferenciales), el director general deportivo avisaba desde un hotel de Copenhague luciendo el bonito chándal azul eléctrico que 'Castore' ha diseñado para el primer equipo. “Yo no le tengo apego al cargo. Tengo la ventaja de ser muy sevillista y tengo las espaldas muy anchas para esquivar las balas. Si quiero me voy a mi casa, me voy a San Fernando y vengo al Sánchez-Pizjuán sólo para ver los partidos del Sevilla”, venía a decir, si no con esas palabras, con otras, el ejecutivo gaditano, criticado en este inicio de temporada como nunca por el propio sevillismo al hilo de sus decisiones en la confección de la plantilla y, también, por qué no, por no darle la patada al de Asteasu.

Ahora, cuando el Sevilla todavía no ha salido de la crisis y Monchi se desgasta en defender ante el resto de gestores del club la cabeza del entrenador que él eligió hace tres años para un proyecto que se ha demostrado exitoso, su nombre empieza a sonar para un futuro en otros clubes. Esto es siempre lo mismo. Monchi está en Nervión porque la grada, en su día, se volvió al palco. Castro cogió el rábano por las hojas y le sacó un billete de avión al gaditano. Roma-Sevilla en dos horas cuarenta minutos.

En Londres, el mal arranque del Chelsea del todopoderoso Todd Boehly, salvando las distancias, recuerda a aquellos años turbulentos por Eduardo Dato. Óscar Arias, Vincenzo Montella, Joaquín Caparrós, Pablo Machín... Cortó por lo sano Castro y cortó por lo sano Monchi, que hizo tabla rasa a su llegada como quiere hacer en Stamford Bridge el magnate estadounidense que le ha comprado el club a Roman Abramovich aprovechando su fundado tufo de oligarca ruso.

La prensa británica asegura que Monchi dejó una grata impresión en Boehly este verano cuando negociaron por Koundé, finalmente fichado por el Barcelona. Con Thomas Tüchel destituido y la afición dudando de las formas de la nueva propiedad de los blues, el Chelsea busca una referencia en los despachos y el director deportivo sevillista está entre los preferidos. Se ha hablado de varios, uno de ellos muy amigo y muy admirado por el propio Monchi, Michael Zorc, ex del Borussia Dortmund. Otros que han triunfado en la Premier, como Michael Edwards, del Liverpool, o en Alemania, como Christophe Freund, del Salzburgo, al hilo de la explosión de jugadores como Adeyemi o Timo Werner, a quien el Chelsea precisamente compró por 55 millones y vendió por 20 este verano.

El Chelsea, séptimo en la Premier y fuera de los puestos europeos, no ha tenido el arranque esperado. Sus métodos más cercanos al negocio de la NBA que al fútbol han puesto en el disparadero a Boehly ante la opinión pública y tras cargarse a Tüchel busca a la desesperada otro golpe de efecto. Monchi, aunque su experiencia con afines a la NBA (James Pallota) no acabó bien, sigue siendo de los directores deportivos más afamados, Sus éxitos tienen eco en Europa, y en el Sevilla, como él mismo ha dicho, no le tiene apego al cargo y está donde está porque es el club en el que más le gusta trabajar.

Peto ojo con esto. Ahora que está en boga la serie de la Liga de los hombres extraordinarios, alguien diría aquello de “me estáis exigiendo que me estáis cansando”.

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