Si algo salva el trabajo de Vincenzo Montella en el Sevilla está claro que la presencia en la final de la Copa del Rey y la clasificación para los cuartos de final de la Champions ponen su contrapunto ante lo que puede considerarse un fracaso absoluto: el rendimiento del equipo en la competició liguera, en la que ha empeorado claramente los números de su antecesor, Eduardo Berizzo.

Y eso lo que quiere decir es que el entrenador napolitano no ha cumplido la función que el club buscaba cuando decidió acometer su contratación más los gastos del finiquito de Berizzo.

El empate que el Sevilla sumó ante el Villarreal el sábado supone el enésimo tropiezo liguero con Montella al frente y la rúbrica a una pésima racha de dos puntos sumados de los últimos 15 posibles. Es decir, el Sevilla no gana un partido en la Liga desde hace cerca de un mes y medio, concretamente desde el 3 de marzo, cuando venció en Nervión al Athletic por 2-0. Desde entonces los resultados obtenidos han sido tres derrotas ante Valencia (0-2), Leganés (2-1) y Celta (4-0) y dos empates en casa frente a Barcelona y Villarreal (ambos por idéntico marcador de 2-2 y con tendencias opuestas, es decir, ante el Barça al dejarse empatar en los últimos tres minutos un 2-0 a favor y frente a los castellonenses al contrario).

El caso es que a cinco días de la final de Copa, la afición sevillista no celebra un triunfo de su equipo desde el alegrón de Old Trafford y en la competición liguera los nervionenses estarían en el puesto decimotercero contabilizando sólo las jornadas en las que Montella ha dirigido al equipo blanco, esto es, desde el derbi en el Sánchez-Pizjuán. Desde entonces, en 15 jornadas, el Sevilla ha sumado sólo 18 puntos (29 contabilizó Berizzo en 18), siendo además el segundo equipo más goleado de la Liga Santander con 30 tantos en contra. En este apartado sólo el rival de mañana, el Deportivo, lo supera con 31.

Con la plaza europea corriendo serio peligro, el periplo del italiano en lo que se refiere a la Liga es, sin duda, muy decepcionante.