El Sevilla de Pablo Machín tiene este domingo una importante prueba de calidad con la ausencia de su magister, un Éver Banega que hasta ahora se ha mostrado insustituible en el esquema del entrenador soriano y que en Leganés tendrá forzosamente que parar a causa de una sanción federativa.

El argentino vio ante el Girona su quinta tarjeta amarilla y al Sevilla se le abre la gran incógnita. ¿Acusará el rendimiento de un equipo que ha sorprendido a propios y a extraños en esta Liga la baja de un jugador que, como Vaclik, no ha faltado en ninguna de las citas ligueras en esta campaña?

Banega es algo más que un organizador en el Sevilla. Desde ese rol de centrocampista más retrasado, el rosarino hace que el balón salga con criterio desde atrás y que llegue con su sello de calidad a interiores como Franco Vázquez o Sarabia. La verdad es que, con el madrileño también sancionado, para el equipo nervionense supone un interesante y a la vez complicado test presentarse en un escenario como Butarque sin dos de sus jugadores más cualificados.

Pero la posición y la función que desempeña Banega se ha demostrado que difícilmente la puede realizar cualquier futbolista. Las intentonas de Machín con Roque Mesa han pinchado siempre en hueso, evidenciándose además que ni uno ni otro se han encontrado a gusto cuando ambos han jugado juntos en una especie de doble pivote o cuando el canario se ha ubicado como hombre más retrasado.

Ni Banega se ha sentido cómodo jugando más adelante, a la altura de Franco Vázquez o Sarabia por la velocidad que el fútbol requiere ahí y lo poco que lo dejan pensar con el balón los rivales, ni Roque Mesa ha demostrado oficio para sostener el edificio en solitario y distribuir el balón desde atrás.

Fue en la Liga Europa ante el Krasnodar cuando Machín parece que dio con la solución a su incompatibilidad situando al ex jugador del Swansea por delante. Ahí el canario tuvo más brillo, repitiéndose la jugada ante el Girona también con éxito en este caso.

La duda está en quién hará la función de Banega ante el Leganés. El argentino no se ha perdido ningún partido de Liga, ha sido titular en las dieciséis jornadas disputadas, mientras que en Europa Machín tampoco le ha dado descanso salvo en la visita del Akhisar al Ramón Sánchez-Pizjuán (6-0). Ni siquiera en las eliminatorias de clasificación tuvo respiro el internacional albiceleste pese a la debilidad de los rivales, puesto que de seis partidos jugó cinco, sólo se ausentó en el primer encuentro oficial el 26 de julio ante el Ujpest de Budapest, aunque fue por la incorporación más tardía de los internacionales mundialistas al trabajo de pretemporada.

Banega ha disputado un total de 28 encuentros ya en esta temporada de los 31 que ya lleva acumulados el equipo de Pablo Machín. Un encuentro de Europa League, otro de las rondas previas y uno de Copa ante el Villanovense (la ida) han sido los tres que se ha perdido un Banega que se antoja como un jugador clave para el funcionamiento del modelo.

La duda es si Machín optará por Amadou o volverá a colocar a Roque Mesa por delante de la defensa. Son las dos opciones que maneja y casi las únicas.

El franco-camerunés le ofrece también al entrenador soriano la oportunidad de equilibrar el juego aéreo ante un rival además que practica un fútbol muy característico de choque, de segunda jugada y de duelos individuales. Los partidos en Butarque siempre fueron marcados por el físico y eso, en teoría, serían una razón a favor para que Amadou desempeñara la labor de centrocampista de cierre y que Roque Mesa continuara en la demarcación en la que ha elevado su nivel ante el Krasnodar y el Girona. La decisión no es fácil, porque la labor de organización, de magister, también cuenta y es de vital importancia para el Sevilla.