Gonalons, entre lo merecido y lo necesario
Sevilla FC
El francés volvió a jugar tras su calvario de lesiones y debe ser una solución en el tramo final de campaña
Con 4-1 ya en el marcador, el sevillismo sonreía cuando veía a Maxime Gonalons prepararse para entrar en el campo y recibir el brazo de Pablo Machín por encima de su hombro mientras le explicaba las consignas tácticas de su función dentro del equipo.
La reaparición del francés tras su segunda lesión grave en el minuto 73 del duelo ante la Real Sociedad, sustituyendo encima al protagonista de la tarde, a Ben Yedder, es de las imágenes que mejor ilustran lo que es o debería ser la recompensa a un duro trabajo en el mundo del fútbol. El momento que vivió el jugador cedido por la Roma encierra un merecido premio a lo sufrido, pues la mala suerte se ha cebado claramente con el galo esta temporada con dos fracturas óseas muy seguidas en el tiempo, algo que no es normal en el mundo del fútbol, ambas, ademas, producidas en sendos entrenamientos. Más raro aún.
De hecho, Gonalons se rompió el maleolo tibial en un partido ante el filial justo cuatro días después de reaparecer tras su primera lesión grave, la fractura de la cabeza del peroné en el mes de septiembre. Gonalons acortó los plazos de su primera recuperación y, tras no poder reaparecer en Turquía por una inoportuna fiebre, jugó unos minutos ante el Espanyol en Nervión, tras lo que sólo cuatro días después se volvió a lesionar de gravedad, teniendo incluso que pasar por el quirófano.
La entrada del francés en la dinámica competitiva del equipo se antojaba muy importante, esencial, ya que debía aportar músculo, centímetros y capacidad de recuperación en una zona del campo en la que hasta la llegada de Rog, Machín apenas había podido utilizar a Banega, que no ha tenido descanso, y a Roque Mesa.
El jugador formado en el Olympique de Lyon no ha podido mostrarse en el Sevilla y será una solución para el técnico cuando llega el tramo más decisivo de la temporada.
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