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Reflexión antes de la actuación

  • Mientras el sevillismo desespera ante la falta de fichajes, Monchi sopesa todas las señales que le da el mercado para no dar un paso en falso l La llegada del 1 de julio puede ser, a efectos contables, una de las causas

Monchi espera su momento para actuar en el mercado.

Monchi espera su momento para actuar en el mercado. / Inma Flores

En el Sevilla parece haberse abierto un breve periodo de reflexión una vez que se han producido las primeras ventas importantes. Las salidas de Muriel y Promes han dotado a la economía sevillista de argumentos suficientes como para acudir al mercado, pero de momento se mantiene la calma.

El sevillismo está algo extrañado por la falta de movimientos, fundamentalmente de incorporaciones cerradas de cierto nivel, o caché, se le podría decir, pero confía ciegamente en el criterio de Monchi y en su saber gestionar todos los detalles que conforman este complicado mundo que es el mercado futbolístico.

El director general deportivo ha cerrado el fichaje de Diego Carlos y prácticamente también el de Joan Jordán, una operación que se va a rematar en los próximos días por unos 13 millones de euros y cuya oficialidad está muy cercana.

Es posible que, a efectos contables, el club prefiera incluir algunas operaciones importantes en el ejercicio 19-20, que se abre a partir del 1 de julio. Este aspecto puede ser el causante de que las operaciones que echa de menos el sevillismo, las que de verdad ilusionan, no hayan llegado aún.

De cualquier forma, Monchi sopesa todos los casos con sumo detenimiento y se cuida muy mucho de no dar un paso en falso. Mantener la calma es la diferencia entre hacer perder a un club cinco millones en una negociación o hacer que se guarden y se puedan invertir en otra operación.

Un claro ejemplo de todo esto es el caso de Luis Alberto. El jugador está presionando a la Lazio y el club italiano también querrá hacerse fuerte, por lo que un mínimo gesto de debilidad puede hacer que la operación salga más cara de lo previsto o, sencillamente, que se torne imposible. El mercado, además, es ahora cuando empieza a moverse y todo el mundo espera que las operaciones que tienen en mente el PSG o el Barcelona activen toda la maquinaria. No estamos hablando de pagar la cláusula de Sarabia, sino de traspasos millonarios con nombres como Griezmann, Neymar, etcétera, que son los que provocan el efecto dominó y activan el mercado moviendo el dinero.

También el club parisino está pendiente de Wissam Ben Yedder, la que va a ser sin duda la gran venta en el verano sevillista. El delantero franco-tunecino está en las quinielas no sólo del PSG, sino de otros grandes equipos del continente. France Football aseguraba ayer que Manchester United y Barcelona también están detrás de un delantero que ha completado unos números excepcionales la campaña recién concluida.

En Old Trafford no olvidan el destrozo que el ex delantero del Toulouse hizo hace algo más de un año en sólo unos minutos con dos goles que dejó al equipo entonces de Mourinho fuera de los cuartos de final de la Champions 17-18. El hecho de que cuaje para el Barcelona es más difícil, con Luis Suárez y los nombres que están sonando para la delantera azulgrana.

Su cláusula de rescisión de 40 millones asegura que el Sevilla va a seguir recaudando dinero para invertir, aunque la afición ya echa de menos más movimiento de entradas.

De hecho, faltan sólo días para que la pretemporada empiece (una semana justa para los exámenes médicos) y Monchi tiene los deberes a medio hacer.

Los que están alrededor del de San Fernando en el día a día están más tranquilos, si cabe, pues ven que el club y la planificación no se detienen.

Reflexionar antes de actuar siempre fue algo que caracterizó al ex guardameta y ahora que dicen que ha regresado con otro talante mucho más pausado y menos impulsivo, mucho más. Eso sí, el sevillismo desespera de impaciencia.

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