Sevilla-Real Madrid | La previa

Sergio Ramos, Diego Alonso... y todo lo que ya contiene un Sevilla-Real Madrid

Sergio Ramos corona la desenfadada foto de familia, ayer, en el entrenamiento del Sevilla.

Sergio Ramos corona la desenfadada foto de familia, ayer, en el entrenamiento del Sevilla. / Antonio Pizarro

Cuando se aparejan los nombres de Sevilla y Real Madrid en un mismo cartel, brota de repente el tufo a pólvora. Y si el encuentro es en el Ramón Sánchez-Pizjuán, hay más pólvora que en una película de aventuras de Burt Lancaster. El taimado emisario que enviará la Federación Española de Fútbol bien que lo sabe, y se plantará de tapadillo en la grada con su cuadernillo recién estrenado y su lápiz bien afilado.

Esta vez no va a escribir cánticos contrarios a Sergio Ramos, que vestirá del impoluto blanco del Sevilla, el club con el que soñó de pequeño en hacerse futbolista grande. Resulta que el fantástico defensa de Camas se hizo grande, grandísimo de blanco, como soñaba, pero con la camiseta blanca del campeón de campeones, el Real Madrid. Y resulta que hoy será la primera vez que el purasangre se enfrente al coloso capitalino después de tomar la puerta de salida sin ese reconocimiento que merecía su apabullante hoja de servicios. Está en el ADN del Madrid ganar copas por castigo, pero también despedir a sus mejores héroes por el montacargas (Casillas, Raúl...) y Sergio Ramos se barrunta unas extrañas sensaciones ante el partido que en su cabeza no serán ni de lejos las que sienta cuando la pelota eche a rodar esta tarde por el prado nervionense.

Que Sergio jugara su primer partido ante el Madrid iba a ser noticia en cualquier punto del planeta. Pero si además es en Sevilla, la química explota. Se multiplica por mil.

No obstante, ese morboso reencuentro, aunque sea una manta enorme, no va a tapar el interesantísimo contenido añadido que trae el partido. Los sevillistas, más que a Sergio Ramos, que también, van a ponerles la lupa a la disposición y el desempaño de su equipo bajo la nueva pizarra de Diego Alonso, un entrenador apenas conocido por estos pagos y que, de momento, merece el beneficio de la duda.Dicen que los entrenamientos del que fuera delantero uruguayo han sido intensísimos, que tiene a la gente muy metida en la causa. Pero eso será pura ojana si Vinícius Júnior o Rodrygo encaran a su par cerca de la cal, arrancan hacia el área y la defensa del Sevilla se abre como un libro.

El problema esta tarde no va a ser la intensidad. Todo lo contrario. La sobreexcitación es mala compañera de viaje en estos partidos. Y más si eres el inferior y desde Madrid actúa el VAR, un instrumento que ha traído más justicia en los hechos objetivos, léase un fuera de juego flagrante, pero que sigue plegándose a los intereses del poderoso en cuanto se filtran unas gotas de interpretación en la jugada de marras.Diego Alonso contará con todos sus efectivos. Eso, aparte de su estreno, es otra gran noticia. Y el Sevilla tiene una plantilla de nivel para plantar batalla al mejor jugador de lo que va de Liga, Bellingham, a Vinícius o a Rodrygo.

Todo es una incógnita porque hay nuevo entrenador y encima todo el mundo está disponible. También es una incógnita si a Ricardo de Burgos Bengoetxea le va a resbalar o no el vídeo de tres minutos que el Madrid le ha montado con jugadas supuestamente perjudiciales bajo su dirección. El sevillista con buena memoria y ya baqueteado en visitas del Madrid a Nervión podría montar una serie de Netflix de jugadas polémicas en respuesta. Pero no es prudente. Mejor no sobreexcitarse, que el material de este partido es demasiado fungible. Mejor jugar.

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