En puridad, Julen Lopetegui podría haber contado con Acuña, Papu Gómez y Montiel en el partido que iba a jugarse hoy entre el Sevilla y el Barcelona por la noche, claro que sin respetar una de las máximas del fútbol profesional: el descanso físico preceptivo entre partido y partido, siendo lo idóneo un reposo de 72 horas. Los tres se han ejercitado ya este sábado en la sesión matinal del equipo en la ciudad deportiva.

Los internacionales sevillistas -Acuña y Papu jugaron ante Bolivia, no así Montiel- están ya junto al resto de la plantilla a disposición de Lopetegui, que ha vuelto a dirigir un entrenamiento tras la jornada de descanso del viernes. El balón de la Champions, como en el amistoso ante el Alavés, ha vuelto a tener protagonismo en una sesión matinal con todos los futbolistas en el césped.

La única duda para el debut ante el Salzburgo el martes es Ocampos, quien ya reapareció el jueves en el amistoso, aunque ha estado lesionado en el inicio de la temporada, así como Óliver Torres. Ambos ya están en condiciones de jugar, aunque será el entrenador quien mida su ritmo competitivo y el riesgo de que jueguen un partido de alta competición sin estar todavía al ciento por ciento.

La plantilla sevillista aún tiene dos sesiones de entrenamiento antes de jugar ante el equipo austríaco en el Ramón Sánchez-Pizjuán este martes, a las 18:45, una hora muy inoportuna para el estío sevillano, aunque la fortuna acompañará a ambos equipos: la previsión climatológica es de riesgo de lluvia y temperaturas máximas de 25 grados para este martes.

Con todos disponibles, salvo esa duda de Ocampos y también de Óliver Torres, Lopetegui ya tiene todos sus sentidos puestos en el estreno del grupo G de la Champions, olvidado ya el esperpéntico capiítulo de la suspensión del Sevilla-Barcelona.