Cuenta atrás para el regreso de Aleix Vidal al Sevilla. Mucho tendrían que torcerse las negociaciones para que el carrilero tarraconense no vuelva a enfundarse la camiseta con la que se encumbró en la Liga y en la Liga Europa, que ganó en 2015 después de contribuir decisivamente con una exhibición en las semifinales que asombró a Vincenzo Montella, entonces en la Fiorentina. Aquel partido marcó un antes y un después en el destino de Aleix Vidal, por el que el Barcelona pagó una barbaridad y, lógicamente, ahora quiere recuperar parte de aquella fútil inversión.

En torno a los ocho millones de euros debe cerrarse el traspaso del jugador. El Sevilla quería que fuera una cesión con opción de compra condicionada a determinados objetivos deportivos. Pero, tras alcanzar un acuerdo con el propio futbolista para un contrato largo de cuatro temporadas, cederá a un traspaso puro y duro. El club nervionense ofreció seis millones de euros más otros dos escalonados según distintas clásulas por rendimiento y objetivos, hasta sumar esos ocho millones que quiere recuperar el Barça de los 20 (18 más dos por objetivos) que pagó hace dos veranos por el catalán.

Por lo demás, la opción de Batshuayi parece que va perdiendo fuerza a tenor de cómo pasan los días sin novedades. El Sevilla lo ha fijado como su primer objetivo, pero ya son demasiados los nombres que empiezan a salir como alternativa ante el marasmo de la situación en el Chelsea, que no se decanta por un sustituto para el internacional belga.