Sevilla FC

La figura de Lopetegui se agiganta

  • El entrenador del Sevilla coge fuerza tras una semana en la que intermedió entre la plantilla y el club y se puso a disposición de Luis Rubiales en la Federación

Lopetegui y Castro, en un acto conjunto en la presente temporada.

Lopetegui y Castro, en un acto conjunto en la presente temporada. / Juan Carlos Vázquez

Abril no está siendo un mes fácil para nadie. Tampoco para el Sevilla y su cúpula dirigente. En el periodo que va de la Semana Santa a la Pascua Florida el club ha tenido que manejar el asunto de la reducción del suculento salario de la plantilla, presentar y ver aprobado el ERTE, e incluso meditar una mordida en los salarios de los consejeros y los altos ejecutivos, de hasta un 15% por ciento en el primer caso. Pero todo esto ha dejado un reguero de sombras y manchas entre un gran sector de la afición que no entiende cómo hace apenas dos meses, el día de San Valentín, durante la presentación del libro Nunca se rinde, tanto José María del Nido, en su reaparición pública en un acto del Sevilla, como José Castro hablaban de grandes estructuras, de crecimiento y de aspirar a luchar por la Liga... Hace sólo dos meses. En cambio, Julen Lopetegui ha salido agigantado de toda esta situación.

Las tribunas nacionales se deshacen en elogios hacia el entrenador del Sevilla por un pequeño detalle: la nobleza con que Lopetegui se reencontró, vía telemática eso sí, con el que fue su verdugo en julio de 2018, cuando desde el Real Madrid se filtró a la prensa que el seleccionador nacional era el elegido para sustituir a Zinedine Zidane en el banquillo blanco.

Aquello fue como una traición para Lopetegui, que no entendió su destitución y se convirtió en un enemigo de la afición española. Pero el técnico sevillista no guardó rencor, o se lo tragó, en estos momentos de zozobra general y se ofreció a participar en la Comisión Delegada de la Federación Española de la que forma parte desde 2017 y en la que no había participado desde su destitución como seleccionador. Pero sabía que, como él suele decir, no era momento de ponerse de perfil, sino de dar la cara y luchar por los intereses colectivos.

Lopetegui, además, se abstuvo en la votación del criterio para la clasificación de los equipos españoles para Europa si se cancela la Liga definitivamente. Otro gesto que lo honra y que ha sido muy aplaudido en España.

En un plano más local, el técnico de Asteasu también ha concitado los aplausos y elogios de afición y prensa, pues sale del espinoso asunto del ERTE como el hombre que, definitivamente, logró meter en el redil a las ovejas descarriadas, a esa minoría de futbolistas que se resistía a pasar por el aro propuesto por el Sevilla para rebajarse sus suculentos emolumentos. Quizá porque saben que los altos ejecutivos y consejeros también cobran de las arcas del club, pero ésa es otra cuestión. Lo cierto es que Lopetegui, según cuentan desde dentro, ha tenido un rol mediador clave.

Él mismo ya lo anunció cuando, al principio del confinamiento, concedió una entrevista a los medios del club: "Yo entiendo perfectamente los intereses económicos que existen y las grandes consecuencias que traería no terminar la temporada. Y tendremos todos que ser responsables y no ponernos de perfil. Y me refiero a mí mismo, como entrenador, tenemos que ser generosos también con nuestros clubes, si tiene esto alguna consecuencia económica en los clubes, que la tendrá. Yo hablo por mí, por supuesto, creo que debemos dar ejemplo".

No iba de farol. El club le tiene que agradecer ese papel mediador que, en puridad, no corresponde al entrenador. Pero Lopetegui entendió que ni siquiera el enorme predicamento que Monchi tiene en la plantilla bastaba para reconducir esa situación y lo ayudó en su labor de gestor.

Desde Madrid incluso abundan en cómo el técnico vasco ha sido un adalid en cuestiones solidarias. "Aunque se sepa menos, Julen también empujó lo suyo, entre bambalinas, para que Rafa Nadal y Pau Gasol activasen Nuestra Mejor Victoria", ha escrito en un laudatorio artículo Elías Israel, en As. Mientras el club y su gestión del ERTE siguen creando debate, Lopetegui se ha agigantado como gestor en una crítica situación. Por ir de frente y no ponerse de perfil.

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