El Sevilla es uno de los clubes que ha decidido recurrir a un ERTE para paliar el enorme impacto económico por la pandemia del coronavirus. No le ha podido llegar en peor año esta maldición del Covid-19 al Sevilla, puesto que ha sido en un ejercicio económico muy especial: en lo deportivo, el regreso de Monchi y la necesidad de hacer una revolución en la plantilla con la mayor inversión en la historia en fichajes, sobre 160 millones de euros, aunque éstos se prorratean en varios años de amortización; en lo institucional, la paz social levantada sobre la aprobación en la última Junta de Accionistas del reparto de dividendos más allá del margen de los beneficios del ejercicio anterior, sobre el fondo de reservas, y la reforma de los Estatutos Sociales para remunerar al consejo de administración con el 1% del presupuesto, que a su vez es, o era, el más elevado de la historia, de 215 millones de euros.

Era el primer año de un plan quinquenal muy ambicioso, bajo las premisas de la profesionalización del club, la paz social y la mirada valiente hacia el frente. Pero el ERTE ha sido un impacto anímico muy controvertido, por lo impopular que es esa figura legal, aunque sea necesario y distintos especialistas, de distinta postura ideológica, lo ven lógico teniendo en cuenta la enorme masa salarial de la plantilla deportiva y la sustancial de la laboral. El coste del personal laboral alcanzó en el ejercicio 18-19 los 11,58 millones de euros. Por ahí andará el coste de la actual plantilla laboral.

El Sevilla no ha aplicado el ERTE a toda su plantilla laboral, dado que hay buena parte de los trabajadores (departamento de fútbol o departamento de comunicación, por ejemplo) que siguen su jornada laboral completa sin reducción alguna, y en esta situación está aproximadamente un tercio de la plantilla. Otros departamentos (el de ventas, v.g.) sí están afectados hasta el 100%. Y en otros la reducción es del 30%. 

"El ERTE afectará a un total de 254 de trabajadores de la estructura deportiva y a 106 de la no deportiva de la entidad (...) suspendiendo solamente aquellos contratos vinculados directamente a actividades que no se pueden desarrollar –ni siquiera parcialmente– por el confinamiento", anunció el Sevilla en su comunicado.

Sobre los jugadores, la reducción salarial que se aplica y que se compensa con la aportación de la administración, en este caso la Junta de Andalucía, es sobre la base de cotización, muy inferior a los enormes emolumentos de los futbolistas. Pero según el club está deslizando en algunos medios de comunicación, hay algunos futbolistas, los menos, reticentes a aceptar el acuerdo. "El ERTE supondrá una reducción del 70% de la jornada de técnicos y jugadores", rezaba el susodicho comunicado.

Entretanto, queda la promesa del Sevilla de que el club complementará la reducción salarial de los trabajadores más afectados, y de que todos, absolutamente todos, tendrán que hacer un esfuerzo ante "una situación nunca antes vivida que requiere del esfuerzo, sacrificio y compromiso de todos los miembros de la institución". Y ahí es donde surge la duda de cuánto se rebajará sus emolumentos el consejo de administración, cuyos sueldos, aprobados en la última Junta de Accionistas, no se pueden acoger al ERTE dado que la relación entre una empresa, en este caso el Sevilla Fútbol Club S.A.D., y sus administradores se rige por la legislación mercantil, no por la laboral.

Concretamente por la Ley de Sociedades de Capital, en cuyo artículo 217, sobre la remuneración de los administradores, se recoge que "el cargo de administrador es gratuito, a menos que los estatutos sociales establezcan lo contrario determinando el sistema de remuneración". Y esto es lo que aprobó la última Junta, sobre el 1% del presupuesto. Es decir, que el consejo se iba repartir este ejercicio económico unos 2,15 millones de euros... antes de la prometida rebaja, que también afectaría a altos ejecutivos como Monchi o José María Cruz, que a su vez tienen un régimen especial.

Baste decir que la reducción del coste ahorrado en la plantilla laboral, aplicada a dos tercios de la misma, es de un millón de euros aproximadamente, para ver el contraste de cifras.

Otra cuestión es el pago de dividendos, que la Junta subió de 14 a 44 euros por acción. Los pagos para accionistas minoritarios comenzaron el 14 de febrero. Y para los accionistas con más de 1.000 títulos se elaboró un calendario: a partir del 15 de febrero, el 25%; el 15 de marzo, otro 25%; 15 de abril, o sea, hoy, 25%; y 15 de mayo, el último 15%. Y ahí se plantea la segunda incógnita: si el consejo, además de aprobar la reducción de su retribución, ha aplazado o renunciado a los dos últimos cobros pendientes de los dividendos. Dado que, tras la paz social, están todos los grandes accionistas en el consejo, cabría esperar que éstos renunciasen a esos cobros pendientes. O que el club explicase al sevillismo el modus operandi de ese "esfuerzo de todos" que prometió cuando anunció el ERTE en Semana Santa.