El partido del Sevilla | Análisis

Misma medicina; mejor posología

  • El Real Madrid presionó también en zonas adelantada y demostró que en intensidad y físico igualmente es superior.

  • Los de Zidane superaban líneas ante un rival sin conexión ni recursos en ataque organizado.

Informe técnico.

Informe técnico. / Departamento Infografía

A Lopetegui seguro que no le cogió de sorpresa. La euforia del liderato había solapado fases muy mejorables de juego que el propio entrenador no había escondido en sus ruedas de prensa. Por citar las últimas comparecencias, el segundo tiempo casi al completo ante el Celta, cuando Escribá le ganó el centro del campo: empató Denis Suárez. El tramo final ante el Alavés cuando la salida de Manu García equilibró en número la zona ancha y se comió a un desafortunado Gudelj: un cabezazo claro y otra ocasión anterior pudieron hacer perder dos puntos. Ante el Qarabag, un partido en el que no encontraba huecos, empezó a perder la posesión justo cuando Chicharito acertó con un golazo providencial...

Ayer, ante un equipo con mejores armas, al Sevilla se le vinieron encima todas sus carencias, que las tiene pese a muy líder que llegara a la cita.

El Real Madrid demostró que, si hay que pelear en lo físico, puede ser superior al Sevilla. Por no hablar de la mayor calidad técnica. Zidane le planteó a Lopetegui luchar con la misma medicina, esa presión fuerte y esa intensidad en la que estuvo más acertado y, sobre todo, más inteligente para administrarla. Supo salir de la presión que los locales ejercieron (porque puesto por puesto tiene una plantilla de cracks) y una vez que superó esa línea tenía dos cosas con las que decidir: superioridad numérica y mayor calidad técnica.

Defensa

El sistema defensivo no estuvo lo cómodo que podía permanecer jugando ante el Alavés o ante el Qarabag, equipos que iban claramente a replegarse o que, como el vitoriano, no tiene los recursos del Real Madrid. El equipo capitalino también le presionó al Sevilla en la salida de balón, provocándole muchas pérdidas y haciendo que poco a poco acabara retrocediendo ante el empuje de los ayer de verde.

Esa labor de desgaste tan efectiva que Lopetegui mandaba a los hombres de arriba era superada y se traducía en problemas para Fernando, desbordado a veces, y Joan Jordán, que notó el cansancio e hizo un partido pernicioso para su equipo. Además, el Sevilla, ya con el marcador en contra, acabó con dos hombres sin gran físico (Banega y Óliver) en el pasillo central en un 1-4-4-2 que dejaba muy desguarnecido el centro del campo.

Ataque

Sólo arreones de Ocampos. El Sevilla, pese a las victorias, había dado muestras de una gran carencia de conexión con los últimos metros del ataque y ello se hizo más patente todavía. La afición lo dirige hacia De Jong, pero hay un mal de fondo, pues en Bakú no estaba el holandés y hubo los mismos o parecidos problemas, evidentemente, no tan acusados. El problema es la falta de recursos y de movimientos en ataque organizado, porque el robo y pillar al rival en cambio de rol ofensivo-defensivo no puede ser el único camino.

Ni el cambio de dibujo hacia dos puntas, ya a la desesperada, mejoró esta situación. Las ocasiones cuesta que lleguen y eso debe preocupar para el futuro.

Virtudes

El equipo lo intenta y es intenso.

Talón de Aquiles

Necesita un reseteo con balón.

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