Informe técnico

Diego Alonso pierde la última razón

El delantero getafense Jaime Mata se va al suelo ante Lucas Ocampos en la banda derecha del ataque sevillista.

El delantero getafense Jaime Mata se va al suelo ante Lucas Ocampos en la banda derecha del ataque sevillista. / Europa Press

El Sevilla de Diego Alonso destiló ratos de fútbol ante el Real Madrid, el Villarreal o el Mallorca, aunque luego sus defectos se impusieran a sus virtudes. Pero esta vez no hubo atisbo de virtud. Fue un desastre sin paliativos. Una caudalosa cascada de errores. De cabo a rabo. Sin perdón. Con Diego Alonso, el descosido equipo ha roto en un puro despropósito, con el descarnado diagnóstico del que se va al hoyo de forma irremisible. El 0-3 sonó a martillazo: la sentencia estaba dictada, el uruguayo a la calle.

Llama la atención que en el fútbol actual, que ha abierto el margen de variación táctica durante los partidos con los cinco cambios, Alonso apenas ha gastado dos, tres, en sus partidos. La amplia lista de bajas no es un atenuante: un entrenador está para buscar soluciones debajo de las piedras, si hace falta.

Defensa

Todo lo que puede salirle mal al Sevilla, en su dinámica autodestructiva, le sale peor aún. Y si el análisis previo del partido aconsejaba no encajar pronto un gol para que los nervios no se desataran, un desafortunado rebote del balón en el brazo de Juanlu dentro del área acaba en un penalti que transforma Borja Mayoral a los cinco minutos de juego. Ese 0-1 convirtió en un flan todo el entramado defensivo de los de blanco, que dieron un curso (repetitivo con Diego Alonso) de cómo no ocupar los espacios en el repliegue.

El dibujo inicial fue un 5-3-2, con Juanlu y Pedrosa como presuntos laterales largos y la pareja Ocampos-En-Nesyri arriba, pero pronto, con el partido cuesta arriba tan rápido, Kike Salas se abre al lateral y Pedrosa se ubica más arriba. Juanlu no parece enterarse de la película, se distrae ante Mata en el pase fallido de Rakitic a Soumaré en el otro costado y Greenwood, al recuperar el Getafe el balón, detecta rápido que el delantero de azul tiene el pasillo expedito hasta Dmitrovic. La carrera desesperada de Juanlu sólo sirve para desviar levemente el balón en el remate y ponérsela definitivamente imposible a Dmitrovic.

En la segunda parte, la entrada de Januzaj por Kike Salas retrasa a Pedrosa al lateral y las prestaciones defensivas de la línea de cuatro siguen siendo pésimas. Los laterales son un coladero, Gudelj y Ramos no son un dechado de velocidad y el Getafe de Bordalás, que suele replegarse cuando va ganando, mantuvo su presión muy arriba, tal era la debilidad que mostraba el Sevilla atrás.

Ataque

Naufragio absoluto ese 5-3-2 inicial. Lo mismo el 4-4-2 posterior. El equipo trató de salir por la derecha, con Juanlu más Ocampos volcado a esa banda dentro de su libertad como segundo punta. Pero todo fueron nervios y atropello. En-Nesyri echó de menos que algún compañero de blanco lo acompañara en el área y de nuevo el fútbol lentísimo de Rakitic empastó todo el juego colectivo.

Virtudes

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