La afición del Sevilla arremete contra la directiva en la puerta de acceso al palco

Tras detener el encuentro frente al Atlético de Madrid lanzando bolas de papel al césped de su estadio, la afición del Sevilla Fútbol Club sigue protestando una semana más contra un Consejo de Administración al que cada vez le quedan menos adeptos. En la manifestación de este Domingo de Resurrección, convocada por Biris Norte dos horas antes del duelo frente al Deportivo Alavés, la hinchada blanquirroja ha rodeado el Ramón Sánchez-Pizjuán para terminar agolpándose en la conocida puerta de cristales que da acceso al palco presidencial, tal y como se puede ver en el vídeo de la noticia.

La entrada al estadio sevillista ha estado protegida por la Policía Nacional y miembros de la seguridad privada del club, aunque no ha habido que lamentar ningún tipo de incidente pese a la aparición de dos botes de humo que los cuerpos de seguridad del estado no tardaron en interceptar para retirar de la aglomeración.

Los señalados habituales

Durante el transcurso de la manifestación, aunque especialmente frente a la puerta de cristales, la hinchada sevillista ha cantado en contra de toda la cúpula de la entidad nervionense, comenzando por el presidente José María del Nido Carrasco al que han acusado de "ratero, ¿dónde está el dinero?". Tampoco se ha librado Pepe Castro, quien fuera dirigente de la entidad y actualmente ocupa el cargo de vicepresidente en el Sevilla, que heredó hace unos años el cántico que originariamente se cantaba contra José María del Nido Benavente.

Carolina Alés, hija del mítico Roberto Alés, y la familia Carrión han vuelto a ser parte del foco por parte de los aficionados, al igual que un Víctor Orta cuya continuidad sigue siendo más discutida en las calles que en la planta noble del Ramón Sánchez-Pizjuán. A esto hay que sumar las distintas pancartas y banderas contra el Consejo de Administración y los cánticos pidiendo la dimisión de José Ignacio Navarro, conocido por el sevillismo como "el psicólogo", al que acusan de ser bético y que fue agredido a su salida del feudo hispalense tras el encuentro entre el Sevilla y el Atlético de Madrid.

Nostálgico pasado

La afición del Sevilla Fútbol Club ha dejado de arremolinarse en torno a su estadio para celebrar, y ahora lo hacen para protestar por la situación de un club que va camino de no clasificarse para competición europea por segundo año consecutivo. Las arcas del club hispalense siguen mermando con el paso de las temporadas, y tener el límite salarial más bajo de Primera y Segunda División no ayuda a pensar que el equipo pueda resurgir de sus cenizas como ya hiciera en 2023.

Al sevillismo sólo le queda mirar hacia el futuro, pensando que las vacas flacas terminarán acabándose y regresarán tiempos mejores. Después de prácticamente 20 años asentados en la zona noble de la clasificación y consiguiendo títulos, el bache psicológico y deportivo que atraviesa la entidad parece que no va a terminar pasando hasta dentro de Dios sabe cuánto.