Se cumplen cinco años de la sexta Europa League del Sevilla: la de Navas, Reyes, De Jong, Banega, Bono y Diego Carlos
El combinado hispalense conquistó su séptimo entorchado continental en una épica final donde se impusieron al Inter de Milán por 3-2
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Las últimas temporadas en el Sevilla Fútbol Club han sido un carrusel de emociones para sus aficionados. Hace unos meses, la hinchada blanquirroja celebraba en el Ramón Sánchez-Pizjuán un gol de Álvaro García Pascual que certificaba la permanencia virtual para los hispalenses tras un curso donde todo parecía salir cruz. Tan sólo un año antes, Quique Sánchez Flores abandonaba la entidad hispalense después de haber salvado a un equipo que esa misma temporada había despedido a José Luis Mendilibar, héroe de la séptima y más increíble UEFA Europa League de la historia del club. Sin embargo, y pese a lo trágico de la actualidad, no hace tanto que el conjunto de Nervión dominaba esta competición y paseaba su escudo por los países del continente, fraguando encuentros que pasarían a la historia.
Uno de ellos ocurrió el 21 de agosto de 2020, año marcado por la fatídica pandemia de la COVID-19 que paralizó el mundo. Tras el virus y un confinamiento que marcó la vida de muchas personas, poco a poco todo fue volviendo a la normalidad. El fútbol también se vio afectado por esta crisis, aunque un rayo de luz asomó en el horizonte de los aficionados cuando en junio de ese mismo año regresó LaLiga, sin público eso sí. Las competiciones europeas se retomaron ese mismo verano tras la finalización de los torneos domésticos, siendo el Sevilla candidato a la Europa League después de un dramático partido frente al Cluj en los dieciseisavos que se disputaron a finales de febrero. Con la pandemia marcando las directrices, el trofeo adoptó un formato único: un partido por ronda en un campo neutral de Alemania.
Roma, Wolverhampton y Manchester United sucumbieron ante el, en aquel momento, heptacampeón del trofeo, siendo el Inter de Milán la última piedra en el camino para que Julen Lopetegui consiguiera su primer título con el Sevilla Fútbol Club. La situación se complicó para los hispalenses cuando en el minuto 5 de partido Diego Carlos provocó un penalti que Romeu Lukaku se encargaría de anotar. El delantero belga, uno de los mayores peligros del cuadro italiano, fue un dolor de cabeza para una defensa que se defendió como pudo de las embestidas rivales. Sin embargo, Luuk de Jong conseguiría igualar el encuentro en el 12 de partido con un cabezazo inapelable que supuso una inyección de moral para los blanquirrojos.
El neerlandés fue el encargado de darle la ventaja a los suyos en el 33 con un nuevo remate de cabeza, asistido en ambas ocasiones por un Éver Banega que no dudó en demostrar su calidad ante su ex equipo, aunque Godín de la misma forma igualaría el encuentro tan sólo dos minutos después. La tensión era palpable en el ambiente y nadie quería bajar el pie de un acelerador que acercaba al ansiado trofeo. Una actuación soberbia de la zaga hispalense, encabezada por un Yassine Bono que se consagró como uno de los mejores porteros del mundo durante aquella fase final, culminó con el gol en propia puerta de Lukaku tras una estética chilena de Diego Carlos en el minuto 74, siendo este el último tanto que subiría al marcador.
En la más triste de todas las celebraciones, debido a la ausencia de público y los millones de fallecidos durante los últimos meses, el Sevilla Fútbol Club fue capaz de darle a su afición una alegría que tardaría tres años en volver a ocurrir. Aquella Europa League fue especial por muchos motivos, destacando ser la primera de Jesús Navas tras su regreso a la capital hispalense o el primer título conseguido por el cuadro de Nervión después del trágico fallecimiento de José Antonio Reyes. Ahora, la desolación se ha apoderado de una entidad que hasta hace apenas unos años era referente en el mundo. Convencidos de que pueden revertir esta situación, el Consejo de Administración, la dirección deportiva y el nuevo cuerpo técnico tratarán de hacer que el entorchado conseguido en Colonia sea un ejemplo en el que mirarse para volver a colocar al combinado blanquirrojo en el mapa europeo.
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