Un ataque feroz a la basculación del rival
El derbi sevillano | Informe Sevilla FC
Como todo cambio de modelo de juego, más aún tan acusado, el estilo Pablo Machín encierra riesgos y precisa tiempo.
Los cambios de orientación en busca de espacios marcan el ataque y la compactación en pocos metros, la defensa.
Todo cambio de modelo de juego encierra unos riesgos y precisa un tiempo de adaptación. El que ha acometido el Sevilla es además un cambio bastante acusado, liderado por un entrenador novel que revolucionó el fútbol nacional con su aportación táctica en un club modesto y recién ascendido como el Girona que peleó codo con codo con equipos de mucho nivel (incluido el Sevilla) por sus objetivos.
Es verdad que la falta de determinados refuerzos va a condicionar el funcionamiento general del equipo a lo largo de la temporada, pero más o menos el estilo y la marca del entrenador han sido captados por la plantilla actual, en la que claramente ha habido un cambio también hacia más agresividad y músculo en detrimento a lo que llamaríamos jugadores más proclives a practicar juego posicional.
Sin balón
Partiendo de un esquema inamovible de tres centrales y que integra en ocasiones una variante en fase ofensiva (3-4-2-1 ó 3-4-1-2), Machín posiciona a su equipo para el robo con las líneas muy juntas y adelantadas. El equipo se mueve y defiende a lo ancho pero en apenas 25 ó 30 metros a lo largo, con una agresividad importante en la presión a alta y muy alta intensidad y con acoso tras pérdida para impedir la salida rápida del rival.
Para ello se antoja fundamental el empuje de los tres hombres de la línea defensiva, que han de marcar el juego de acordeón que el equipo dibuje en función de la posición del balón y su poseedor. Es verdad que ello genera no pocos riesgos, pues los delanteros rivales tienden a tirar el desmarque por detrás de los centrales de banda aprovechando que no hay laterales, sino carrileros adelantados.
Los mecanismos de vigilancia a la espalda de los centrales están todavía por pulir, amén de que el modelo precisa de zagueros rápidos tanto de reacción como de traslación. Igualmente, al Sevilla se le han visto déficit de piernas en el centro del campo, donde el doble pivote formado por Roque Mesa y Banega se ha visto incapaz de frenar con pericia meridiana ataques en transición del primer rival que lo ha exigido de verdad, el Villarreal, aunque también lo hicieron el Zalgiris en Nervión y el Sigma en la República Checa.
Con balón
El modelo Machín juega constantemente con la basculación de los rivales. El Sevilla busca en ataque estático mover de un lado hacia otro a la defensa enemiga para cambiar constamente la orientación del juego con pases largos y así provocar la aparición de espacios a atacar.
Sin embargo, más allá de la extraordinaria vía de llegada que ofrece un Jesús Navas muy en forma y la aportación de interiores con gol como Sarabia, nutrir de balones al nueve referencia se puede ver a veces como insuficiente. Faltaría una vuelta de tuerca más en ataque.
Lo mejor
Modelo claro y con personalidad.
Lo peor
Está en proceso de pruebas.
Acostumbrado a caer de pie (salvo en el Milan)
“Andre es diferente. Un nueve que se mueve dentro y alrededor del área”, dijo de él en sus primeros pasos con el equipo nacional de Portugal su seleccionador, Fernando Santos. “Es el socio perfecto para Cristiano Ronaldo. Tiene una buena visión de los pases interiores, es fuerte y tiene resistencia. Siempre está presionando a los centrales y conectando con sus compañeros, desmarcándose para recibir el balón”. Éstas son palabras de José Peseiro, ex entrenador del Oporto. Sin embargo, el mentor de Andre Miguel Valente Silva (6-11-95, Baguim do Monte) fue Nuno, que le dio galones en la campaña 16-17 y respondió con 16 tantos y otros 4 más en Champions. Y es que el nueve portugués ha hecho en Nervión lo que siempre repitió salvo en el Milan, caer de pie. Sus tres goles ante el Rayo no suponen su primer hat-trick en un debut. Ya lo hizo ante Albania en su presentación con la selección 21 lusa. Andre Silva es un delantero referencia sin serlo, que además tiene hambre y juventud. De entrada, ha demostrado conocer el tipo de juego que quiere su técnico y que ejecutan sus compañeros a las primeras de cambio, sin necesidad de adaptación. Goles y asistencias.
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