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En el momento de ganar, ganar y...

  • El Sevilla, casi sin tiempo para saborear el triunfo en Málaga, afronta al Athletic con la idea de repetir para entrar en el último tercio con opciones

No hay tregua en el fútbol de la contemporaneidad. Apenas han transcurrido dos días por medio desde el triunfo del Sevilla en La Rosaleda malagueña y ya comparece en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán el Athletic Club de Bilbao. Se disputa la jornada número 27, ya metidos en ese último tercio, pues, al que tanto apelaba Luis Aragonés en sus tiempos y a los nervionenses les toca ejercitarse en otra de las sentencias del Sabio de Hortaleza: "Ganar, ganar y ganar". Por supuesto que alguien podrá argumentar que ni siquiera han pasado siete días desde el ridículo ante el Atlético el pasado domingo, pero no queda otra que mandar eso al limbo del olvido y repetir la victoria de Málaga.

El fútbol, tal y como está montado, no entiende del largo plazo, el corto es tan abundante que hacen bien los entrenadores en parapetarse en el partido a partido. No hay tiempo para nada más y cualquier cálculo se rompe como el cántaro de la lechera con prontitud. No da tiempo a analizar concienzudamente las trayectorias, pues los vaivenes son tan abundantes que este Sevilla tal vez sea el mejor ejemplo de ellos. No en vano, igual encaja cinco goles, algo que ha hecho con mucha más frecuencia de la deseable en el presente curso, que se mete en una final de la Copa del Rey, le pelea los cuartos al coloso Manchester United en la Liga de Campeones o se entretiene en sumar 42 puntos en la Liga en la jornada 26.

Quiere esto decir que conviene relativizar todas las cosas, que la cuestión, y se vuelve al pensamiento sencillo y práctico del añorado Luis Aragonés, es llegar colocados al último tercio para a partir de ahí pelear a tope por los objetivos marcados en el inicio del ejercicio. ¿Y cuáles son esos objetivos? Está claro que la trayectoria del Sevilla 17-18 ha sido tremendamente irregular, buena o mala lo dictaminará este último tramo. Tanto que hasta se vio obligado a cambiar de entrenador a la vista de que aquello no acababa de funcionar, pero a estas alturas sólo queda pensar, en la Liga por supuesto, en el Valencia. El cuadro de Marcelino debe ser la obsesión, pues es la única manera de también marcar diferencias respecto a los perseguidores que, a día de hoy, pelean por detrás.

Y, en ese sentido, en la pelea con el Valencia, llegan dos jornadas de tremenda trascendencia. Si el Sevilla fuera capaz de llevar a cabo al pie de la letra la frase de "ganar, ganar y ganar", acabaría dentro de dos jornadas a un máximo de cinco puntos de diferencia respecto a su principal rival para pelear la cuarta plaza liguera. Es cierto que eso ya entra dentro de los cuentos de la lechera, del cántaro y demás, pero todo es tan inminente que resulta imposible abstraerse de ese pensamiento.

Sin embargo, tanto Montella como todos los suyos sí tienen que conseguir que no exista ningún tipo de distracciones. La cuestión principalísima es derrotar primero a ese Athletic que tan discretas sensaciones ha mostrado desde que Ernesto Valverde se fuera al Barcelona y Cuco Ziganda se hiciera cargo de su banquillo. Los vascos ocupan la duodécima posición de la Liga, están a diez puntos del Sevilla y, eso sí, igual están mucho más pendientes de lo que puedan hacer la semana que viene en el partido contra el Olympique de Marsella en la Liga Europa. Tal vez ahí esté el asidero de la tropa rojiblanca en la presente campaña, pues su irregularidad en la Liga no le ha dado para moverse en los puestos nobles prácticamente en ningún momento.

Sí conviene recordar, en este repaso de la previa del Sevilla-Athletic, que en la primera vuelta se produjo un 1-0 favorable a los vascos en el Nuevo San Mamés. Fue un partido que pudo ganar cualquiera, en el que el cuadro entonces dirigido por Eduardo Berizzo tuvo ocasiones clarísimas, siempre a través del excelente juego de Franco Vázquez, pero que acabó cediendo ante uno de los Athletic más pobres de los últimos tiempos por culpa de un gol absurdo de Mikel Vesga al filo del descanso.

Hasta ahora, con Montella, pese a los juicios que realizan algunos elevando a definitivo lo que sólo es el partido a partido, todo ha sido diferente. El Sevilla ha sido capaz de elevar sus prestaciones, incluso ha llegado a desarrollar un buen fútbol contra el Manchester United, el Atlético de Madrid en la Copa y en algunos tramos de otros encuentros. Ése debe ser el objetivo, por tanto, repetir ese juego para imponerse hoy poco después de la hora de la comida.

¿La alineación inicial después de las acertadas rotaciones efectuadas en Málaga para refrescar a la plantilla? En teoría, deben volver N'Zonzi, Franco Vázquez y Escudero, cualquiera sabe qué le pasará a Mercado, aunque Kjaer rindió a un buen nivel en su retorno, y tampoco sería extraño que siguieran algunos de los menos habituales que no desentonaron para nada en La Rosaleda. Sea con unos o con otros, la cuestión es ganar, sólo vale imponerse al Athletic, para que ya sean dos veces seguidas y esa pelea del último tercio se afronte con esperanzas. El Valencia debe ser el único objetivo a alcanzar y para eso es fundamental sumar de tres en tres el máximo número de veces posible. Se acerca a la perogrullada, cierto, pero es que no hay otra forma de afrontar el último tercio.

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