Está siendo una temporada muy extraña para Steven N'Zonzi, por muchos factores. El francés está en un continuo vaivén de sensaciones, aunque ahora puede que se encuentre en la cima de su trayectoria en este curso que empezó en el Sevilla casi a reñadientes porque le hubiera gustado salir en verano tras el intento fallido de la Juventus. Empezó jugando como taciturno, con cierto desapego, hasta que llegó el desencuentro con Eduardo Berizzo en el descanso del Sevilla-Liverpool y prácticamente tuvo los dos pies fuera del club. Sin embargo, la cúpula ejecutiva rechazó una oferta de 30 millones a sabiendas de que con el cambio de entrenador N'Zonzi volvería a ser un pilar clave para los más altos objetivos.

Tras un periodo de bastantes dudas, Old Trafford contempló la vuelta del mejor N'Zonzi. En Manchester culminó la subida a esa cima que tuvo un pico bajo en Butarque, donde el mediocampista fue de los pocos que se libró del desastre: tuvo personalidad e intentó dirigir al equipo, aunque también quedó algo retratado en el gol de Eraso. Old Trafford sí vio a ese mediocampista imperial, con mando, con pausa, con temple, con verdad en los cruces. Fue su gran reivindicación. "Se puede decir que sí, porque era muy importante para nosotros y es difícil jugar fuera de casa ante un gran equipo y en un gran estadio. Hemos demostrado que todo es posible y que somos un buen equipo", reconoce, pasando de lo individual a lo genérico, en una entrevista para la web del Sevilla.

Fue difícil para mí no jugar la final de Copa hace dos temporadas, tengo muchas ganas"

A N'Zonzi se lo ve ahora más centrado, pese a que Didier Deschamps se ha olvidado de él en la penúltima convocatoria antes del Mundial. La cita de Rusia, que podía ser uno de sus alicientes este año, se le ha puesto imposible. "Eso no importa, lo importante es que sigo trabajando para hacerlo bien de cara al equipo y a partir de ahí veremos qué pasa", dice con tranquilidad un jugador que hacía tiempo que guardaba silencio. La última vez que habló, poco después del capítulo del Liverpool, lo hizo en Francia y formó un maremágnum por su ataque al club y a la dirección deportiva. Con Vincenzo Montella ha cambiado todo. De jugar 16 partidos de 25 con Berizzo (1.613 minutos) ha pasado a ser el tercer jugador más utilizado, con 18 encuentros de 20 que lleva dirigidos y 1.613 minutos, sólo superado por Sergio Rico y Lenglet, los únicos que lo han jugado todo con el italiano. "Hay muchos partidos, estoy trabajando al máximo con el equipo para intentar ganar el máximo número de ellos y tenemos que seguir así hasta el final de la temporada", asegura.

Llega abril y con él la vorágine de partidos. "Es un mes muy importante y muy difícil para nosotros, muy difícil. Vamos a jugar con el Bayern, que es un gran equipo, pero antes tenemos que ganar en la Liga, que es importante también. Va a estar difícil, debemos ganar el máximo número de partidos que podamos".

La cita con el Bayern Múnich es un nuevo reto inesperado, al más alto nivel. "El Bayern es uno de los mejores equipos de Europa pero en dos partidos todo puede pasar. Tenemos un buen equipo también, tenemos que estar muy concentrados y fuertes en defensa. Todo puede pasar, al frente de nuestra afición somos fuertes y vamos a ver qué pasa", dice esperanzado.

Luego llegará la final de la Copa. De nuevo el Barcelona, como en la final de 2016, que no jugó por sanción. "Fue difícil para mí no poder jugarla hace dos temporadas y tengo ganas de jugarla. Siempre es importante disputar una final, podemos ganar la Copa y aunque sea difícil sí que tengo muchas ganas".

Entretanto, Ben Yedder, por sorpresa, sí que ha sido llamado por Deschamps, y debutó con Francia en Saint-Denis ante Colombia. "Sí, he hablado un poco con él de esto. Lo merece porque es muy dificíl ir a Old Trafford y marcar dos goles. En todos los partidos hace su trabajo cuando le toca jugar y estoy muy contento por él", dice N'Zonzi sin atisbo de envidia. El francés se centra en el Sevilla y se lo ve motivado.