El primer día tras el cierre de la primera semana de venta de entradas bastó para que el sevillismo prácticamente agotara todo el papel disponible para la final de la Copa del Rey. Una vez cumplido el plazo para que los abonados hasta el número 24.000 ejercieran en taquilla el derecho a disponer de su localidad, las entradas restantes, unas 4.500, se pusieron a disposición del resto de los socios en las taquillas del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, en las que hubo incluso aficionados que hicieron noche en su afán de no perderse la oportunidad de ver al equipo de Montella competir por un título ante el Barcelona de Leo Messi.

Al cierre de las taquillas a las nueve de la noche de ayer, sólo 2.100 entradas son las disponibles y las que podrán adquirir hoy los socios con número hasta el 33.000 en horario de mañana (hasta las dos), siendo el turno del resto por la tarde.

Se espera que la presencia del sevillismo en la final del sábado ante el Barcelona supere los 22.000 aficionados en las gradas del estadio Wanda Metropolitano de Madrid.

Paralelamente, este mediodía el Sevilla dará a conocer la equipación con la que el equipo de Vincenzo Montella disputará su novena final de la Copa del Rey. En la sala de prensa del estadio el presidente del consejo de administración, José Castro, encabezará el acto junto con uno de los futbolistas más importantes del equipo, el argentino Éver Banega.

Hay que recordar que, aunque en este caso no hay coincidencia de colores entre el Sevilla y el Barcelona, el equipo nervionense actuará como local en la final por antigüedad, con lo que la nueva camiseta será blanca.

Una vez cerrada la participación del equipo en la Champions League, la animación que la final de Copa ha despertado en el sevillismo es mucha y se nota en los alrededores del Sánchez-Pizjuán.