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Caso Madrid Arena

Flores: "Nadie me obligó a tener un equipo médico"

  • El principal acusado puso servicio sanitario "voluntariamente". Encargó 17.500 entradas, cuya venta se paró al llegar a 9.650. Al fiscal no le "salen las cuentas" pues suma 11.228 'tickets' más las invitaciones.

Miguel Ángel Flores, principal acusado por la tragedia del Madrid Arena, ha declarado este miércoles que en el juicio que "nadie" le obligó a tener un equipo médico en la fiesta en el que murieron las cinco chicas, sino que él puso un servicio sanitario "voluntariamente". 

Durante la segunda sesión del juicio, que ha comenzado con la proyección de un vídeo con imágenes de la avalancha en la que murieron las cinco jóvenes, el promotor de la fiesta ha manifestado que "no tenía ninguna competencia en materia del servicio medico" y que la empresa Madridec no le obligaba a tener uno. Aun así, el acusado ha declarado que voluntariamente quiso poner un servicio médico con el doctor Simón Viñals al mando, al que conocía desde hacía años porque habían trabajado en muchos eventos juntos. 

Flores ha reconocido que no probó la idoneidad de los medios materiales y humanos del servicio médico y, en este sentido, ha manifestado: "Me fiaba de lo que me decía Viñals sobre si se necesitaba tres, cuatro o cinco médicos". 

El equipo médico que finalmente participó en la macrofiesta estuvo compuesto por el doctor Simón Viñals, de 72 años, su hijo y un auxiliar, Cecilio Page, de 81 años, que se había jubilado en 1997.

"No hubo reuniones para organizar la seguridad del evento"

El promotor Miguel Ángel Flores, principal acusado en el juicio por el Madrid Arena, ha destacado que "no hubo reuniones para organizar la seguridad del evento", la cual tampoco era su competencia. 

"No tengo competencia en seguridad", ha destacado Flores quien ha defendido que la suya es con la hostelería y los espectáculos. Ha explicado que en cada evento que celebra en este recinto mantiene una reunión de seguridad a la que asisten los responsables de Policía Municipal, Policía Nacional, Delegación de Gobierno, Seguriber y Madridec. Ahora bien, ha subrayado que para la macrofiesta de Halloween "no hubo esta reunión". 

Sobre este asunto, ha precisado que pese a no tener competencia en materia de seguridad, tampoco le hubieran permitido tener otra empresa diferente a Seguriber para la seguridad exterior del evento. "No me lo hubieran permitido", ha destacado. Igualmente, se ha desmarcado de la seguridad interior que corrió a cargo de la empresa Kontrol 34, pese a que la contrató Diviertt, la compañía de Flores. "Esta empresa selecciona a personal pero no es de seguridad sino que son auxiliares y controladores de acceso. No tienen competencia en seguridad", ha agregado. 

Se encargaron 17.500 entradas y su venta se detuvo al llegar a 9.650

Flores ha señalado que encargó 17.500 entradas a una imprenta para la fiesta de Halloween del 1 de noviembre de 2012 -cantidad muy superior al aforo del pabellón- en la que murieron cinco jóvenes, si bien ha afirmado que vendió 9.650

El principal acusado explicó que "encargo a la imprenta 17.500 entradas físicas, de una numeración de la 0001 a la 17.500 y se distribuyen a los relaciones públicas y a los puntos de venta físicos en tramos desde el verano", ha explicado a Flores cuando ha sido preguntado por la fiscal sobre cuántas entradas encargó para la macrofiesta. 

Ha explicado que la venta de entradas se realizó por dos canales: uno físico en varios puntos de venta y otro digital a través de Tickectmaster y de Onticket (de la que Flores era propietario). 

En total ha dicho que se vendieron 9.650 entradas, si bien las cifras no concuerdan puesto que físicas ha asegurado que fueron 5.650 y que digitales 5.578, lo que suma un total de 11.228. "No salen las cuentas", ha señalado la fiscal después de que la cifras de Flores sobre entradas generales vendidas y luego desglosadas sean completamente diferentes. 

La venta general de entradas se paralizó, ha precisado, el día antes de la celebración de la fiesta de Halloween. Ahora bien, Flores ha dicho que las entradas físicas -no aquellas que se distribuían por Internet- se liquidaban semana tras semana en cuatro lotes de 5.000, 3.000, 1.000 y 500, y que se cortó la venta de entradas el 9 de octubre. 

Respecto a las digitales de Tickectmaster, la fiscal ha aseverado que esta empresa aseguró que le impusieron un máximo de 10.000 entradas. "Desconozco y rechazo eso que dice Ticketmaster", ha destacado Flores. A todo ello hay que unir las invitaciones. Madridec por contrato le obliga a 100 entradas y después, ha precisado, "están los invitados nuestros" que fueron entre 50 y 100. 

Y ha defendido que siempre había un control de las entradas venidas. "Hay un registro de todo", ha añadido. De hecho, ha asegurado que Francisco del Amo, que era coordinador de proyectos del departamento de operaciones de Madridec, "estuvo informado en todo momento de cómo iba la venta". Según el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, el interior del pabellón congregó a un "mínimo" de 22.800 personas frente a las 10.600 permitidas.

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