Ejecutan en Japón al "asesino de Twitter" que mató a nueve personas

Japón ha ejecutado este viernes a Takahiro Shiraishi, conocido como el "asesino de Twitter", quien fue condenado a muerte por el asesinato y descuartizamiento de nueve personas con las que contactó a través de la red social ahora denominada X. Esta ejecución constituye la primera aplicación de la pena capital en el país asiático desde 2022.

Shiraishi atrajo a sus víctimas, en su mayoría mujeres de entre 15 y 26 años, hasta su apartamento en las afueras de Tokio, donde las asesinó y posteriormente desmembró sus cuerpos. El condenado había establecido contacto con personas con tendencias suicidas a través de Twitter, ofreciéndose a "ayudarlas a morir".

El ministro de Justicia, Keisuke Suzuki, detalló en rueda de prensa los crímenes por los que Shiraishi fue condenado: "robo, violación, asesinato... destrucción de cadáveres y abandono de restos humanos". Según explicó, "nueve víctimas fueron golpeadas y estranguladas, asesinadas, robadas y posteriormente mutiladas, con partes de sus cuerpos ocultadas en cajas y otras partes desechadas en vertederos".

Sistema penal japonés bajo escrutinio

Japón y Estados Unidos son los únicos miembros del G7 que mantienen la pena capital, una práctica que cuenta con amplio respaldo popular en el país nipón. Una encuesta gubernamental realizada en 2024 entre 1.800 personas reveló que el 83% considera la pena de muerte como "inevitable".

La última ejecución en Japón se llevó a cabo en 2022, cuando Tomohiro Kato fue condenado por un ataque ocurrido en 2008 en el distrito de Akihabara (Tokio), donde arrolló a una multitud con un camión alquilado y posteriormente apuñaló a varias personas, causando siete muertes.

Críticas al sistema de ejecuciones

Según datos del Ministerio de Justicia facilitados a la agencia AFP, hasta diciembre de 2023 había 107 presos esperando la ejecución de sus sentencias de muerte, que siempre se realizan mediante ahorcamiento. Aunque la ley establece que las ejecuciones deben llevarse a cabo en un plazo de seis meses tras agotar los recursos de apelación, en la práctica los condenados permanecen en régimen de aislamiento durante años o incluso décadas.

El sistema ha sido ampliamente criticado por su falta de transparencia y por el impacto psicológico que supone para los condenados, quienes suelen ser informados de su inminente ejecución en el último momento, típicamente a primera hora de la mañana del día en que se llevará a cabo.

Entre las ejecuciones de alto perfil recientes destacan las de Shoko Asahara y otros 12 ex miembros de la secta apocalíptica Aum Shinrikyo en 2018, responsables del ataque con gas sarín en el metro de Tokio en 1995, que causó 14 muertes y miles de afectados.