Todo sobre el invierno astronómico: fecha, hora exacta de inicio y duración de la estación

El solsticio de invierno, calculado por el Observatorio Astronómico Nacional, trae el día más corto a España y señala el inicio de casi 89 días de invierno, lunas llenas, lluvias de meteoros, eclipses y fenómenos planetarios.

2025 será uno de los cuatro años más cálidos en España desde 1961

El solsticio de Invierno. / EP

19 de diciembre 2025 - 18:53

El invierno astronómico en España dará comienzo el domingo 21 de diciembre de 2025 a las 16:03 (hora peninsular). Así lo confirma el Observatorio Astronómico Nacional (OAN), perteneciente al Instituto Geográfico Nacional y dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Aunque la sensación térmica invernal puede variar de un año a otro, el inicio y fin de las estaciones se determina según precisos cálculos astronómicos. La estación tendrá una duración estimada de 88 días y 23 horas, finalizando el 20 de marzo de 2026 justo con el arranque de la primavera astronómica, manteniendo así la regularidad característica de este ciclo anual.

Este comienzo del invierno coincide con el solsticio de invierno, el día más corto y la noche más larga del año en el hemisferio norte. "En la latitud de Madrid, el 21 de diciembre de 2025 apenas podrá verse el Sol durante nueve horas y 17 minutos", han especificado fuentes del OAN, precisando que la diferencia con el pasado solsticio de verano, celebrado el 21 de junio de 2025, es notable, pues entonces la jornada solar llegó a extenderse hasta las 15 horas y tres minutos, marcando un claro contraste en la cantidad de luz diurna disponible entre ambos fenómenos estacionales.

Durante este periodo invernal, según el organismo estatal, el cielo nocturno ofrecerá diversos eventos astronómicos. Destacan las tres lunas llenas previstas: los días 3 de enero, 1 de febrero y 3 de marzo de 2026. Además, tendrán lugar dos lluvias de meteoros de particular interés para los aficionados: las Úrsidas, cuyo máximo se estima hacia el 22 de diciembre de 2025, y las Cuadrántidas, con apogeo en torno al 3 de enero de 2026. Ambos sucesos suelen captar la atención tanto de expertos como de aficionados a la observación del firmamento.

Fenómenos astronómicos destacados del invierno 2025-2026

El calendario astronómico del invierno de 2025 recoge varias efemérides. En primer lugar, el perihelio sucederá el 3 de enero de 2026, cuando la Tierra pasa por el punto de su órbita más cercano al Sol. "En ese instante, la distancia entre la Tierra y el Sol será de poco más de 147 millones de kilómetros", detalla el organismo estatal. Esta cifra es sensiblemente inferior a los cerca de 152 millones de kilómetros registrados durante el afelio, el momento de mayor lejanía anual, que en 2026 tendrá lugar el 6 de julio.

El invierno no estará exento de eclipses. "Durante la estación se producirán dos episodios relevantes: un eclipse anular de Sol el 17 de febrero de 2026 y un eclipse total de Luna el 3 de marzo de 2026". No obstante, ninguno de estos fenómenos será visible desde territorio español. El eclipse anular solar podrá divisarse únicamente desde puntos del continente antártico, el océano Antártico y el sur del Índico, mientras que el eclipse total de Luna será observable desde América, el este asiático y Oceanía.

Visibilidad de los planetas y constelaciones relevantes

El Observatorio Astronómico Nacional subraya que, a lo largo de este invierno, el planeta Saturno será visible al caer la noche. A comienzos de enero de 2026 se unirá Júpiter al panorama vespertino, y posteriormente Venus comenzará a ser reconocible a partir de la segunda mitad de febrero. La evolución continuará con la paulatina desaparición de Saturno a medida que se acerque al Sol, haciéndose difícil su observación desde principios de marzo.

En cuanto a Mercurio, su aparición está prevista en el cielo vespertino a lo largo de febrero. Por la mañana, el inicio del invierno traerá a Júpiter y Mercurio visibles en el horizonte oriental; sin embargo, "Mercurio dejará de observarse durante las primeras semanas de enero para regresar alrededor de mediados de marzo", mientras que Júpiter también desaparecerá de la madrugada a mediados de enero de 2026.

La riqueza de constelaciones invernales

El cielo nocturno durante la estación invernal destaca por la presencia de icónicas constelaciones. De entre todas, Orión sobresale por la brillante y variable Betelgeuse; Tauro alberga la rojiza Aldebarán; Can Mayor presume de Sirio, la estrella más luminosa de la noche, y Géminis exhibe a los gemelos Cástor y Pólux. Diversas estrellas de estas constelaciones forman, junto con otras vecinas, el conocido asterismo del hexágono de invierno, fácilmente identificable durante los atardeceres de la temporada y un hito para la observación astronómica en estos meses.

¿Por qué varía la duración de la estación?

La disparidad en la duración de las estaciones, que puede oscilar entre 88 y hasta 94 días, se explica por la excentricidad de la órbita terrestre. Este fenómeno hace que la Tierra se desplace más rápido alrededor del Sol cuando se encuentra cerca del perihelio, acortando ligeramente el invierno astronómico en comparación con otros periodos. De hecho, el invierno es la estación más breve del año debido a esta velocidad angular elevada en el perihelio.

Importancia del solsticio en culturas y tradiciones

El solsticio de invierno ha desempeñado históricamente un papel central en calendarios y ritos de tradiciones europeas. Muchas celebraciones actuales, como la Navidad o determinadas fiestas regionales de España, encuentran su raíz en el fenómeno astronómico que marca el renacimiento del Sol y el repunte de la luz tras la noche más larga del año.

Preguntas frecuentes sobre el invierno astronómico en España

Solsticio de invierno: definición y relevancia astronómica

El solsticio de invierno es el instante en que el Sol alcanza su menor altura aparente sobre el horizonte en el hemisferio norte, dando lugar al día más corto del año. Este fenómeno marca el cambio a la estación invernal según el calendario astronómico y tiene implicaciones tanto científicas como culturales, subrayando la interconexión entre los ciclos celestes y las actividades humanas a lo largo de la historia.

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