¿En qué país puedes ir a la cárcel por copiar en los exámenes?
EDUCACIÓN
Miles de estudiantes afrontan este mes de julio sus últimos exámenes y otros tantos empiezan a preparar sus pruebas de septiembre o a pensar sobre cómo lo harán para afrontar sus retos futuros a la vuelta de las vacaciones. Toca hincar los codos e ir desgranando temarios para ver lo que la mente humana es capaz de absorber en el tiempo que queda por delante. Y después llamar a la suerte, el talento o la inspiración divina, lo que cada uno crea más conveniente. Algunos, los más osados, recurren a técnicas de dudosa ética moral como intentar copiar en el examen. Siempre será más cómodo recurrir al engaño, sobre todo en este siglo XXI en el que las opciones se han multiplicado y las técnicas se han depurado hasta límites insospechados, pero hay que estar dispuesto a asumir las consecuencias, claro está. Sobre todo si lo haces en algunos lugares del mundo ¿En qué país puedes ir a la cárcel por copiar en los exámenes? Aquí os lo contamos.
Las consecuencias de hacer trampas
Hacer trampas en los exámenes finales está prohibido en todo el mundo. Hay algunos países como Dinamarca donde el margen de confianza con el alumno ha llegado a ser extremo, permitiendo el empleo de Internet durante las pruebas, con posibilidad aleatoria de chequeo de historial al término de la misma. O incluso en la Universidad de Sevilla, donde hace algo más de una década incluso se estudió la posibilidad de que los alumnos que fueran acusados de estar copiando por cualquier sistema no tendrían ni que abandonar el aula automáticamente, sino que podrían terminar la prueba para, después, reclamar su presunta inocencia ante una comisión, algo que posteriormente fue derogado. Ahora, tenemos un caso reciente en el que un joven sevillano fue condenado por hackear el correo de su profesora para conseguir los exámenes.
En Bangladesh los alumnos mayores de 15 años a los que pillen copiando pueden ser condenados a penas de cárcel
No piensan lo mismo en Bangladesh, donde los alumnos mayores de 15 años a los que pillen copiando pueden ser condenados a penas de cárcel. En este país asiático lo tienen claro: no hay mejor forma de prevenir que la amenaza de un castigo ejemplarizante para disuadir a los tramposos. Y estos pueden ir desde los cinco a los diez años de prisión, en función de la gravedad del hecho. Ocurre lo mismo en otros países también asiáticos como China o Taiwán, con penas de cárcel algo menores, pero incluyendo la prohibición de presentarse a pruebas durante más tiempo. Así consiguen que los alumnos se lo piensen muy bien antes de decidirse a preparar cualquier tipo de chuleta.
En el caso de las universidades españolas la inmensa mayoría opta por suspender al alumno que pilla copiando, y algunos, los más duros, aplican expulsiones temporales del centro o la pérdida de futuras convocatorias en dicho curso académico, al más puro estilo Universidad de Harvard.
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