"Los refrescos sólo aportan el 2,1% de las calorías diarias que ingerimos"

Por las nuevas demandas sociales y los cambios en los hábitos de consumo, la industria de las bebidas refrescantes española ha reducido en un 23% el azúcar puesto en el mercado desde 2005 hasta 2014, superando ya el objetivo fijado por la patronal europea de fabricantes de refrescos, Unesda, que propuso una disminución del 22% en el periodo 2000-2020. La reducción conseguida ya en el conjunto de Europa es del 12%, lo que posiciona a España como un país destacado en el continente en cuanto a disminución de azúcares y calorías. Existen diversas fuentes de azúcares y alimentos grasos, que son clave, como el sedentarismo, en el control de sobrepeso. Aunque su consumo moderado no está reñido con un estilo de vida saludable, los refrescos han sido por lo general diana de la lucha contra la obesidad. "En realidad los refrescos solo aportan el 2,1% del total de las calorías diarias que ingieren la población" subraya Josep Puxeu, director general de Anfabra, la Asociación de Bebidas Refrescantes. Como portavoz del sector, Puxeu explica que "hemos ido evolucionando en los últimos años para dar respuesta a la demanda de la sociedad europea".

Desde la patronal de los fabricantes de refrescos no se ven con buenos ojos las políticas fiscales con afán recaudatorio, con un marcado ejemplo en Cataluña, ya que "tenemos que esquivar los apriorismos", pero sí asumen su compromiso con la sociedad en materia de salud. "Si tenemos un problema de educación y fomento para la vida saludable, especialmente en población infantil, ahí nos implicamos y asumimos nuestro deber de colaborar para resolverlo. Y por eso mismo, adoptamos un código autoimpuesto a nivel europeo ", explica.

Además, Puxeu adelanta que "hemos estado trabajando a fondo en esto y desarrollando propuestas de la mano de la industria alimentaria y el Ministerio de Sanidad que se materializarán pronto".

El objetivo del sector es "mantenerse activos e implicados en la educación nutricional y la promoción de la actividad física".

En esta línea, las compañías han ido adquiriendo compromisos, como restringir la publicidad a la población infantil y establecer códigos de conducta estrictos. Su objetivo es eliminar la presencia de bebidas azucaradas de las escuelas de secundaria a fines de 2018. Una medida que tendrá impacto en 50.000 escuelas y cerca de 40 millones de jóvenes. Asimismo, según desglosa Puxeu, las máquinas de vending deben tener opciones con y sin azúcar además de agua. Y no estar al alcance de menores de 16 años. Respecto a la publicidad, las restricciones abarcan a tanto a internet como a televisión y prohíben dirigir las campañas a menores de 12 años.

"Azúcar llevan muchos productos y se pueden consumir refrescos de forma moderada en un estilo de vida saludable". Así, los patrones de consumo en la sociedad van cambiando y "vamos innovando para dar respuesta a estas nuevas necesidades", afirma el director general de Anfabra.

Por este motivo, los grandes formatos han desaparecido y quedan reducidos a algunos restaurantes y a acompañar las palomitas en los cines. "Somos una industria centrada en el consumo social de bares y restaurantes. Somos junto con la cerveza un gran motor de la hostelería. Y ese consumo no tiene nada que ver con el consumo compulsivo poco saludable", indica.

Respecto a las preferencias de los consumidores, hay un aumento de las bebidas isotónicas, que antes eran solo para deportistas, y también de las bebidas de té. Asimismo, el consumo de bebidas sin azúcares o bajas en calorías ha crecido. "La gente lo pide y lo que debemos es ofrecerlos. Tampoco se favorecen los formatos grandes y muchos envases se van reduciendo. La disponibilidad de envases más pequeños de 330 mililitros se ha incrementado un 150% desde 2006. Además, las bebidas energéticas y la tónica también han visto crecer su mercado. Es una cuestión de irnos adaptando. Tenemos una tendencia a reducir contenidos de azúcares y van apareciendo productos de sustitución", resume.

De este modo, el 66% de los productos nuevos lanzados al mercado son bajos en azúcar y las bebidas sin o bajas en calorías ya representan más del 30% de las ventas totales en la Unión Europea.

Anfabra subrayó a principios de este año su compromiso de reducir el azúcar de sus productos en un 10% adicional llegando así al 22% en 2020. De hecho, España, que ya ha reducido un 23% desde 2005 a 2014, está entre los países más comprometidos ya que casi dobla la media en Europa. La facturación de las compañías asociadas alcanza casi los 5.200 millones de euros y crea más de 64.000 empleos directos e indirectos.