El secretario general del sindicato italiano CGIL, Maurizio Landini, llamó a prohibir las organizaciones neofascistas en el país, después de que anoche su sede fuera asaltada por un grupo de militantes de extrema derecha.

"Todas esas formaciones que se identifican con el fascismo deben ser disueltas y este es el momento de decirlo claramente", dijo el líder de este sindicato, el mayor de Italia, ante cientos de personas que se congregaron a las puertas en señal de protesta.

La pasada noche militantes del partido neofascista Forza Nuova aprovecharon una manifestación contra el pasaporte sanitario de la COVID-19 para sembrar el caos en Roma, enfrentándose a la policía.

Entre las acciones que perpetraron, irrumpieron en la sede de este sindicato y destrozaron las instalaciones de su planta baja, algo que ha suscitado la indignación y el rechazo de la política.

Landini calificó este asalto como "un acto de escuadrismo fascista", un "ataque a la democracia" y una "ofensa a la Constitución" que surgió tras el régimen de Benito Mussolini y la Segunda Guerra Mundial.

"Que nadie crea que puede hacer a nuestro país retroceder al Ventenio fascista", dijo, en referencia al periodo entre 1922 y 1943, en el que el Partido Fascista creció hasta alcanzar el poder atacando y asesinando a la oposición de izquierda y sindicatos.

Por ello, el próximo sábado 16 de octubre la CGIL ha convocado una manifestación bajo el lema "Mai più fascismo" (Nunca más fascismo), según adelanto Landini.

Las protestas de la noche del sábado se saldaron con doce detenidos, entre estos el líder nacional de Forza Nuova, Giuliano Castellino, y el responsable romano, Roberto Fiore.