Los aplausos y la ovación hablan por sí solos. Se llama Craig Mackinlay, tiene 57 años y es diputado conservador del Parlamento británico.
Su historia relata que a finales del mes de septiembre del año pasado acudió al hospital con un resfriado, tras lo que tuvo que ingresar con una infección más complicada, producida por la presencia en la sangre de microorganismos patógenos, lo que se denomina sepsis.
A partir de ese momento sus extremidades comenzaron a tomar un color azul.
Tras 16 días en coma inducido el equipo médico llegó a estimar que, con tal pronóstico, Mackinlay tenía apenas un 5% de probabilidades de supervivencia, con lo que los médicos tuvieron que tomar la tajante decisión de amputarle las manos y los pies, por debajo de los codos y de las rodillas.
Se disculpa por saltarse el protocolo reglamentario
Seis meses después el diputado ha vuelto al parlamento acompañado por su mujer y su hija de cuatro años, visiblemente emocionado.
En el mismo escenario donde trabaja cada día ha recibido una calurosa ovación, y al mismo tiempo se ha disculpado por saltarse el protocolo. De este modo, Mackinlay se ha visto obligado a romper las reglas parlamentarias al usar zapatillas deportivas, debido a que su calzado habitual no se ajustab bien a sus pies ortopédicos, y por no llevar chaqueta al no poder adaptarse bien a sus nuevos brazos.
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