La tele más Real del año
Inflación, sequía, invasión rusa y agenda verde tensionan al sector
Anuario Agricultura & Alimentación 2023
Todo ello trae como consecuencia un importante crecimiento del abandono de explotaciones agrícolas y ganaderas en España y la UE
Estamos viviendo unos años convulsos en los precios de los productos agroalimentarios españoles y europeos. La última estadística de Eurostat sobre los precios de los productos agrícolas en la UE recoge que los precios aumentaron un 24% en el año 2022, diez puntos más que los precios mundiales de los alimentos, con una subida del 14,3% según los datos de la FAO.
El principal motivo de esta subida de precios fue la disrupción que la invasión rusa de Ucrania ha causado en los mercados agrícolas, pues ambos países son grandes exportadores de cereales, trigo, maíz, semillas oleaginosas y fertilizantes. También ha afectado a los precios de los productos e insumos agrícolas el encarecimiento de la energía, que empezó antes incluso de la guerra, a partir de las medidas que se tomaron para eliminar gradualmente la dependencia de la UE de los combustibles fósiles rusos.
Por otro lado, Eurostat ha señalado que en la subida también influyó la sequía generalizada en Europa, pero muy especialmente en España y otros países mediterráneos, que ya se están produciendo unas importantes reducciones del rendimiento de los cultivos, incluidos los que se utilizan como alimento para el ganado.
El incremento más pronunciado de precios en 2022 se dio en cereales, huevos y leche, aunque todos los productos tuvieron en mayor o menor medida una subida de precios, excepto las frutas, que tuvieron una pequeña bajada. Además, no se ha compensado adecuadamente a los agricultores españoles, que han sufrido costes de producción elevados (energía, fertilizantes, semillas, etc..) y, en muchos casos, la disminución de la producción por la falta de agua debido a la pertinaz sequía que vivimos.
A nivel global, este año el precio de los alimentos está volviendo a una cierta normalidad. Sin embargo, en España, la sequía está haciendo estragos en el sector agrícola, especialmente en Andalucía, Extremadura y Castilla La Mancha, aunque también en menor medida en otras Comunidades Autónomas.
La sequía está mermando la producción agrícola española, no solo en los “secanos”, sino en zonas con disponibilidad de agua y por tanto con regadíos. Todas estas áreas han visto disminuido su volumen, debido a la situación de las cuencas hidrográficas españolas.
La previsión de la próxima campaña en algunas producciones como el aceite de oliva, arroz, almendra o cereales es muy desfavorable, y en la medida que esto se produzca y, por tanto, se impida una cosecha normal, hará que la oferta de estos productos sea escasa y se genere una “nueva tendencia inflacionista”. Ello conllevaría a que las medidas de bajada del IVA que adoptó acertadamente el Gobierno español, produciendo una bajada de la inflación en nuestro país, se vean superadas y que vuelva a subir la inflación.
Especialmente destaca la previsión de cosecha del aceite de oliva en la próxima campaña. Es muy mala y hay que tener en cuenta que ya en la actual campaña el sector ha producido la mitad de la media de las cuatro últimas campañas: 661,6 Tn.
La continuidad de la invasión rusa de Ucrania, las inclemencias meteorológicas y la sequía en España traerán también un encarecimiento de la alimentación animal y una nueva tendencia inflacionista no solo en España, sino a nivel mundial, como reconoce ya el Banco Mundial.
A esto hay que añadir que, a pesar de las medidas adoptadas, los agricultores y ganaderos europeos siguen sin obtener un precio “justo” o “adecuado” por sus producciones, debido al desequilibrio de la cadena alimentaria en la UE y a la bajada del presupuesto de la PAC, al no tener en cuenta la inflación desde el año 2000.
Además, se le suma el incremento de las importaciones de productos agrícolas de países terceros con menos exigencias sociales y medioambientales, así como las incertidumbres que produce la agenda del Pacto Verde Europeo. Todo ello crea un cóctel explosivo que genera graves tensiones en los sectores agrarios, que trae como consecuencia un importante crecimiento del abandono de explotaciones agrícolas y ganaderas en España y en el resto de la UE.
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