La futura presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo, ha dicho este lunes que el nombramiento de ex ministros para cargos de responsabilidad en instituciones como esta "forma parte de los usos y costumbres de la política aquí y en cualquier democracia".

En una entrevista en la Cadena SER, la ex vicepresidenta primera del Gobierno y hasta ahora diputada socialista en el Congreso ha asegurado que afronta su nombramiento con "un sentido un poco romántico" de cómo se puede servir al propio país y con el propósito de hacerlo "de la manera más imparcial posible".

Ha opinado que el Consejo de Estado es un órgano que está nutrido de juristas, hombres y mujeres, "formadísimos, con experiencia de Estado y algunos de ellos con formación impecable", entre los que ha mencionado a Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, padre de la Constitución y diputado popular en la década de 1980.

Con esas premisas ha afrontado de hecho su primera prueba, al ser preguntada por la revelación de que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, estaría dispuesto a conceder indultos condicionados en el 'procés' y que estudió legalmente la amnistía antes de descartarla.

Calvo ha preferido no dar su opinión "por respeto" al órgano que va a presidir y a la "neutralidad correspondiente" a su futuro cargo, aunque no ha renunciado a calificar como "una buena idea" que los dos grandes partidos pudieran estar de acuerdo en un "sustrato mínimo" sobre cómo hay que "desencallar" la situación en Cataluña.

En todo caso, informada en la propia entrevista de que su nombramiento acababa de ser censurado por la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ha contestado que la dirigente popular tiene en el Consejo de Estado a ex compañeros de partido y ha enmarcado esa crítica en "la mecánica en la que anda el PP continuamente, que no ayuda a la tranquilidad de las instituciones".

La que será sustituta de Magdalena Valerio al frente del Consejo de Estado ha reconocido que "no es la primera vez" que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le propone presidir el Consejo de Estado, pero en esta ocasión ha aceptado porque ha creído que son tiempos en los que merece la pena que personas de su perfil transmitan "mensajes de tranquilidad, de firmeza, de solemnidad en las instituciones, de respeto por las mismas".