El más veterano de todos los cocineros que aparecen en la tele (en 1990 debutó en la ETB), Karlos Arguiñano, reivindica cada día en Antena 3 el place de cocinar y comer, sin perder de vista la salud, sobre todo en las edades más tempranas: "Un niño bien alimentado está preparado para jugar, para estudiar, para amar", advierte.

El chef de Zarautz, desde donde graba a diario su programa de recetas ha lanzado, de la mano de la editorial Planeta un nuevo libro de cocina, La alegría de cocinar, el cuarto consecutivo de esta serie, que esta vez incorpora explicaciones sobre usos y técnicas básicas de cocina, además de más de 200 platos. El volumen lo ha presentado en la escuela de hostelería Aiala, que fundó hace 20 años con la intención de que esos chavales de Zarautz que suspendían en el colegio y llegaban a casa de madrugada "con los ojos rojos", como le pasaba a él, tuvieran una salida profesional que les garantizase un futuro. Sostiene con orgullo que no creó la escuela para ganar dinero, sino para "devolver a la hostelería" lo que la hostelería le dio a él, aunque los jóvenes de Zarautz no se prodiguen por sus aulas.

6.000Programas. Ha acumulado en este cuarto de siglo televisivo el chef vasco más popular

Con once nietos a su alrededor Arguiñano insiste en su "guerra contra la obesidad infantil", con una alimentación saludable para los más pequeños y reducir lo más posible los hábitos sedentarios. "Un niño con sobrepeso tiene problemas, no es feliz. Un chaval en la pubertad, con veinte kilos de exceso de peso ni puede jugar, ni se siente bien, ni le miran los chicos y las chicas", lamenta.

Arguiñano quiere que los niños crezcan "bien alimentados, en buen ambiente y si es al aire libre, mucho mejor". Asegura que hay estudios que confirman que los chavales que pasan más horas en la calle, "viendo los árboles, las piñas, los que van a buscar chirlas y lapas", tienen mejores resultados académicos. El cocinero vasco reivindica volver a las verduras y a las legumbres, que entiende que se están dejando de comer, lo que califica de "horror". Lo que no le gusta es ver a niños pequeños cocinando platos de alta cocina, como sucede en algunos programas de televisión, ya que eso supone "demasiada presión". "Una cosa es que hagan galletas el domingo por la tarde con la abuela o la madre, pero que estén haciendo espumas de jengibre para unos muslos de pintada me parece exagerado", añade, quien lamenta que algunos programas buscan "la lágrima de la madre o de la abuela" y "son más realities que espacios de cocina". "Es justo lo contrario de lo que hago yo", resume.

Sin embargo, se felicita de la proliferación de programas de gastronomía en la televisión porque cree que está bien que la cocina esté de moda, porque implica que "a la gente le preocupa la comida". Para ellos, para los que se preocupan, ha escrito el nuevo recetario. "He añadido consejos útiles de cocina y técnicas básicas que les van a venir muy bien: cómo limpiar bien una alcachofa, una lechuga, un puerro, cómo pelar un tomate con un pelador o cómo hacer un tomate escaldado", explica. Y, siempre, hacerlo con "alegría", porque cocinar "no tiene que ser complicado, tiene que ser un momento bueno": "Normalmente cocinas para tus seres más queridos, tus aitonas, tus hijos, tus nietos, más importante que eso no hay nadie en la vida. No hay futbolista, ni tenista, ni explorador que supere eso, lo más importante en la vida es la familia", sentencia. Arguiñano ya ha firmado más de 50 libros y ha estado 6.000 mediodías en antena.