Historias eurovisivas

El Festival de Eurovisión que se celebró en un recinto con forma de ataúd

El pabellón del Festival de Eurovisión en el año 2021

El pabellón del Festival de Eurovisión en el año 2021 / RTVE

El Festival de Eurovisión a lo largo de sus 67 ediciones, con la que se va a celebrar este año en Liverpool ha tenido un cúmulo de nombres, acontecimientos y singularidades año a año. El festival ha pasado de celebrarse en pequeños auditorios o en amplios estudios de televisión (o platós de cine como en Cinecittá, en Roma, en 1991) a convertirse en un evento multitudinario con pabellones deportivos adaptados que pueden acoger a decenas de miles de espectadores. El récord lo tiene el Parkem Stadium de Copenhague, en el año 2001 ante 38.000 eurofans. En Düsseldorf, Alemania, en 2011, fueron 32.000 asistentes. 

Y los escenarios de los participantes han venido variando desde pequeños sets en los que los intérpretes se acompañaban de la orquesta, detrás o al lado, a la música pregrabada. A partir de los años 90, con la banda sonora enlatada, cada actuación ha ido contando más con la participación de bailarines y efectos especiales.

Entre los recintos que han acogido el festival europeo se halla en 1969 el Teatro Real de Madrid, que había reabierto pocos años antes, tras una prolongada rehabilitación desde 1925. Se llegó incluso a barajar la demolición del auditorio dispuesto ante el Palacio Real. 

España sólo ha acogido en una ocasión el Festival de Eurovisión y fue tras la victoria de Massiel y el La, la, la en 1968 en el Royal Albert Hall londinense.

Austria no participó en aquel año como rechazo a la dictadura de Franco. El resto de países, incluidas otras dictaduras como Yugoslavia o Portugal, aceptaron estar en Madrid en lo que fue un espaldarazo a TVE y a la postre una aceptación e influjo europeísta que terminaría rechazando el búnker franquista en sus estertores del régimen.

Entre las curiosas circunstancias que rodearon a la única gala eurovisiva celebrada en nuestro país figura el teatro que acogió aquel festival que terminó con una insólita cuádruple victoria (empate entre España, Países Bajos, Reino Unido y Francia). Entre las peculiaridades del Teatro Real de Madrid, cuya primera piedra la colocó Fernando VII en 1818, figura que tiene forma de ataúd. Sus autores, Antonio López Aguado y Custodio Teodoro Moreno configuraron así la planta del edificio neoclásico que sigue siendo el principal auditorio de conciertos de Madrid.

Sobre la disposición de ataúd hay distintas interpretaciones y la más técnica justifica su distribución por puro aprovechamiento de la parcela destinada. Por complicaciones en su financiación el teatro estuvo listo 32 años después del inicio de las obras y lo inauguró Isabel II en 1850.

El Teatro Real en una consulta en Google Maps El Teatro Real en una consulta en Google Maps

El Teatro Real en una consulta en Google Maps

Además de ser ahora el recinto de la Lotería de Navidad en 1969 fue el lugar elegido para la gala producida por TVE con la conducción de la recientemente fallecida Laura Valenzuela. Fue la única presentadora que tuvo que lidiar en directo para proclamar quién era el ganador del Festival. Al existir cuatro primeros puestos y sin establecerse reglas de desempate durante un par de minutos nadie se aclaraba quién había ganado en Madrid. Tras la votación de Finlandia, último país participante, el empate dejó impresionados a los espectadores del Teatro Real y a los millones que lo seguían por televisión (en blanco y negro, apenas unos millares en la primera retransmisión en color producida en España).

Las ganadoras de Eurovisión 1969, con Massiel, vencedora en 1968, en el centro Las ganadoras de Eurovisión 1969, con Massiel, vencedora en 1968, en el centro

Las ganadoras de Eurovisión 1969, con Massiel, vencedora en 1968, en el centro

En aquellas ediciones había diez miembros del jurado en cada país participante que votaba a su favorita, repartiéndose así las puntuaciones, con un máximo de 6 votos para una canción. La puntuación máxima fue la dada por Francia a Países Bajos, 6 puntos. Se creía que así era improbable un empate.

Este empate a cuatro en el teatro con forma de ataúd obligó a replantear las votaciones. En 1970 se produjo un boicot masivo, con los países escandinavos protestando por el funcionamiento del festival. En 1972 y 1973 se experimentó con dos jurados por país, presentes en vivo, que tampoco convenció. Regresando a la fórmula anterior en 1974 para 1975 se introdujo el actual sistema de 12 puntos, 10 y así en decreciente según los favoritos de cada jurado por país. En 1999 se instauró en el televo y años después la separación entre televoto y jurado, sumando ambas puntuaciones.

En 1991 se produjo otro empate y Suecia, con Carolla, venció a Francia por el número de 12 puntos recibidos. 

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