Nada más empezar el nuevo año saludará a los oyentes de Onda Cero Radio en las mañanas de sábados y domingo en sustitución de Isabel Gemio, que por motivos familiares deja los micrófonos con Te doy mi palabra. Con esta vuelta a Onde Cero el jerezano Jaime Cantinzano regresa a la emisora donde se forjó en su Jerez natal antes de dar el salto a Madrid.

-¿Volver a Onda Cero es "volver a casa"?

-Me han felicitado así cuando han sabido en esta semana mi fichaje. Es un regreso a la radio convencional después de Cadena Dial. Es volver también a Atresmedia donde estuve tantos años entre Sabor a ti, Pasapalabra o ¿Dónde estás corazón?

-Habrá tenido ahora más presente la primera vez que se puso ante un micrófono ¿cómo fue?

-Fue en Los 40 de Radio Jerez. Hice una prueba y estuve sin salir en antena durante varios meses. Mientras estudiaba fue un trabajo de fines de semana. No recuerdo cuál pudo ser el primer disco cuando estaba en el 'dique seco'.

-¿Se siente una voz nacida en la radio local, que siempre ha sido una gran cantera?

-Por supuesto, la radio local es la mejor escuela. Estuve cuatro años en Onda Cero en Jerez. En los informativos, en programas. Le debo mucho a la radio local y la tengo muy presente.

-Su oportunidad en la televisión fue cuando dio el paso a Madrid ¿cómo vivió esos cambios en tan pocos meses?

-Entre Sevilla, para trabajar en Canal Sur, o irme a Madrid, elegí finalmente pasar a Localia. Me decidí y me arriesgué por esta aventura. Todo lo viví en menos de dos años: pasé así de un locutor en una emisora local a prepararme para una prueba de Sabor a ti y salir junto a Ana Rosa Quintana.

-Todo sería tan rápido...

-Pero no fue tan rápido. Ni tan fácil. En esta profesión no se regala nada. Fueron muchos años de madrugones, de ruedas de prensa.

-¿Qué puede adelantar de su nuevo matinal de los fines de semana?

-Por lógica, por la personalidad de los comunicadores, entre Isabel y yo, no será un programa continuista de lo que se ofrece hasta ahora. Quiero tener nombres y voces diferentes. No tendría sentido seguir haciendo lo mismo de Te doy mi palabra, pero de Isabel Gemio admiro mucho su trabajo y durante décadas ha sido una de las voces significativas de la radio en España.

-¿En los fines de semana mantendrá una agenda de actualidad?

-Evidentemente hay que tener uno ojo puesto en la actualidad, pienso en la actualidad, pero me preocupa más la realidad. Los fines de semana hay que tener una desconexión controlada de la actualidad diaria y ofrecer otros temas, con otro tono. Que se respire el fin de semana, que es una fiesta para la mayoría de vosotros. Entre tanta crisis, tanta política, hay que invitar a ciertos contenidos.

-¿Cómo diría que es su sello?

-Me gustaría aplicar un lenguaje fresco, con la incorpración de las nuevas generaciones. Quiero iniciar una búsqueda de voces no tan conocidas y voces que puedan sorprender a los oyentes. El proceso para incorporarme a Onda Cero se inició hace unos meses y hemos ido madurando lo que vamos a hacer.

-¿Vuelve a Atresmedia para hacer también televisión?

-En Atresmedia conozco a muchas personas por tantos años y donde he trabajado en otros momentos. Estaré en el mismo edificio pero en el arranque es prioridad absoluta la radio y que la orquesta se afine.

-¿Seguirá en Original y copla en Canal Sur ?

-Hasta que concluya el año no habrá problema. Y si el programa sigue en 2018 me pasará como con el matinal Atrévete, que podría combinarlo con la tele. Pero no mucho más. Quiero más de tiempo para estar con mi familia.

-En la radio, y en los fines de semana, la presión por el resultado es mucho menor.

-En la radio se disfruta de un factor muy importante: la paciencia. Es fundamental. Y así los programas pueden madurar, se puede probar. Es una ventaja.

-¿Se toma a pecho los índices de audiencia, a raíz de lo vivido en sus últimos proyectos en TV?

-Todos los profesionales tenemos mejores o peores momentos. Los índices de audiencia son reglas del juego, pero yo no me puedo quejar de cómo he trabajado en la televisión, ni de la evolución de mi carrera. Soy un afortunado.