En cada aparición de Bibí Andersen en aquellos años se desataban los comentarios entre los espectadores. ¿Era hombre o era mujer? Era la típica pregunta que en los años 70 y 80 se hacían a viva voz en aquellos años y la polémica y la agresividad aparecían en torno al trabajo de figuras como Bibiana Fernández. Estrella sin complejos y con espectáculos que iban por delante de su época.

Su actuación en Aplauso, en las tardes de los sábados de TVE  con más de 20 millones de espectadores ante el televisor, fue indescriptible para la mayoría de aquella audiencia. Aparecía de sirena junto a otras actrices simulando estar bajo el mar mientras entonaba "me gusta...". Un número con carga erótica y onírica para el que la audiencia no estaba preparada del todo.

El número más memorable fue el del naufragio. En torno al ballet del programa  (con algunos componente procedentes del Ballet Zoom), dirigidos por Bob Niko aparecía Bibiana con la ropa rota por haber sobrevivido a los vaivenes de un hipotético hundimiento y aferrada a los restos del mástil en una isla, entre la coreografía, lanzaba un "saaaálvame" antológico.

La actuación fue rescatada por el programa retrospectivo Hormigas blancas, emitido por Telecinco en 2008, con dos noches dedicadas a la vida de Bibiana.

Los creadores de La Fábrica de la Tele estaban de zafarrancho por entonces: había que hacer de urgencia un programa para comentar Supervivientes y Operación Triunfo. ¿Supervivientes? ¿Desesperados como Bibiana en la isla desierta?

El nombre estaba ahí: Sálvame. Iban a ser unas cuantas noches para analizar divertidos lo que sucedía en los programas estelares. Pero la estrella estaba en este formato sin complejos, como Bibiana. Sálvame pasó a la sobremesa para hablar de todos los famosos y ha estado 14 años en antena. Se despide hoy y no ha sido por índices de audiencia sino por criterio de línea editorial de la actual dirección de Mediaset.