Es carne de tripas y no por la soltura de kilos que viste su anatomía. Desde que era un mocoso, cuando era el rubicundo Paquirrín, con el nombre de su fallecido padre en la memoria colectiva, su madre lo sacaba en los escenarios y Francisco José canturreaba alguna estrofa. Su futuro no iba a estar en los micrófonos, pese a los deseos de Isabel Pantoja. Ni siquiera en el Real Madrid, como soñó él mismo y los suyos, sino en las revistas del corazón y los tomateos. Francisco José es carne de tripas televisivas, de la casquería que se despacha todos los días, y se lo toma como si esta vida fuera un after perpetuo, entre colegas por el hombro y novietas que se despelotan en las portadas.

Paquirrín es ahora Kiko y se largaba la semana pasada con una escueta maleta a Honduras. A pasar hambre en un ignoto lugar costero. El hijo de la Pantoja participa desde mañana en Supervivientes, que aterriza de nuevo en Telecinco para los amantes de la fauna playera y los conflictos hipocalóricos. La cadena alude a las imágenes de la vecina de Marbella, víctima favorita de sus dardos favoritos, para jalear la promoción del reality. Si Jesulín y  Campanario están a punto de desembarcar en los reinos de Vulgaria, para convertirse en los Enemigos íntimos de Belén, tiemblen como a Isabel Pantoja, aprendiz de edil de Urbanismo, le salgan las cuentas. El hijo de  esta madre, por lo pronto, promete días de dieta y alguna que otra noche de gloria.  Para colmo es el actor más taquillero, con Torrente 4. Una humorada del negocio palomitero.

El hermano de Fran y Cayetano iba y venía por esos mundos discotequeros, con esas amigas de quita y pon,  cuando La Sexta tuvo la buena idea de reconfigurar su mito. En Sé lo que hicisteis, un tanto de forma involuntaria, lo habían protegido de las iras de Telecinco y Ángel Martín y Dani Mateo creyeron que era oportuno, y jugoso, darle una nueva oportunidad en la vida.  Montaron Desmontando a Paquirrín, en el que la pareja de monologuistas preparaban a Kiko como discípulo en la banqueta mientras les degranaba su parca biografía y su limitada experiencia vital. Aquel experimento en La Sexta dio sus frutos pero el mayor beneficiado fue el propio Francisco José. Como actor no nos perdemos nada pero como relaciones públicas de sí mismo no tiene precio. A Kiko no hay quien le ponga la cara colorada.

El sobrepeso, la fealdad, su luengo currículum académico o sus vínculos familiares no hacen mella en él. Pinta una sonrisa donde otros ejemplares de su calaña ponen escupitajos. En Supervivientes han hecho con él un fichaje galáctico, mientras Jorge Javier Vázquez, el nuevo presentador de las galas, se relame en la puerta de toriles. Rosa Benito o Aída Nízar serán los compañeros de Rivera Pantoja junto al míster José Manuel Montalvo o la miss sevillana Jessica Bueno. Kiko, también sevillano de pro, se mete en Honduras. Precisamente él, que le gusta ser más superficial que un problema de trigonometría.