'Ladrones', la serie que todo el mundo quiere ver (pese a todo)
Está siendo uno de los éxitos españoles del año en las plataformas. Ladrones: La tiara de Santa Águeda es una cascabelera serie que se deja llevar con una sonrisa; a veces con un ojo incrédulo levantado; y que no permite hacer muchas preguntas, sino que se vea como un pasatiempo.
Como una aventura intrépida que se precie. Hay veces que los clásicos sencillos parecen confundirse como algo infantil y simple, pero terminan siendo una sugerencia familiar que gusta, como es este caso.
Ya tenemos ladrones españoles (de mentirijillas) que hicieron historia como los de La casa de papel. Aquí se rebaja la intensidad de la crueldad para dar paso a la comedia galvanizada de intriga romántica, a lo Thomas Crown, que siempre es eficaz.
Seis capítulos que podrían ser menos pero de lo que se trata aquí es de pasar un rato (largo) con la heterodoxa y heterogénea pandilla de un robo tropical imposible en una remota isla tomada por unos sicarios. La tiara es propiedad de un magnate de pasado oscuro para que la luzca en la boda su hija con un novio que es un personaje de lo más forzado de esta historia.
Ahora que le vemos la cara a los ladrones en los informativos, es mucho mejor que tengan este descaro simpático (vamos a dejarlo en descaro peliculero) de los Ladrones españoles de Disney que está siendo un éxito de visualizaciones ¿Por qué? Porque es digestiva, no pesa al verse. Sus actores protagonistas empalagan y ansían exhibirse de manera acentuada. Todo eso merma la historia.
Esa pareja protagonista de esta voluntarios producción de Plano a Plano tiene a uno de sus actores de cabecera, Álex González que en su perfección de facciones y gestos hace perder posibilidades al tono de humor. Es lo mismo que le pasa a la Angelina de estos Smith ibéricos por México, Silvia Alonso. Es evidente que los Smith son referencia a la caza del público internacional. Asier Etxeandía, por su parte, sí entiende mejor ese rol donde su villano desalmado no puede ser tan terrorífico como sería en un drama de acción
El visionado de Ladrones se puede hacer por entregas, por ratos, pero gana en atracón para no despegarse de esa complicidad complaciente con sus bandidos. En estos tiempos esa adicción inofensiva está bien porque cada vez hay más ficciones por capítulos que dan pereza hincar el diente por intensidades y complejidades del argumento. Aporta más de lo que parece.
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