¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Ussía, el último acto del “otro 27”
El actor Eugene Levy protagoniza un episodio la tercera temporada de El antiviajero en Apple TV+, donde recibe en el Reino Unido un guía real: el príncipe de Gales. Guillermo le hace de cicerone por el Castillo de Windsor. En esta visita exclusiva el heredero británico comparte anécdotas personales con el actor.
Con un tono nostálgico, Guillermo confiesa extrañar profundamente a su abuela, la reina Isabel II, y a su abuelo, Felipe de Edimburgo, cuya ausencia ha transformado el significado de lugares históricos, muy sentidos para él. El príncipe Guillermo se muestra sincero como nunca. El castillo es la representación esencial de sus abuelos.
La conversación en el documental se adentra en los desafíos familiares más recientes, con Guillermo describiendo 2024 como el año más arduo de su vida, marcado por los diagnósticos de cáncer de su esposa, Kate Middleton, y de su padre, el Rey Carlos III.
El heredero reflexiona sobre cómo estas pruebas han redefinido su resiliencia, enfatizando el valor de las pequeñas alegrías cotidianas, un mensaje que resuena con las palabras de Kate tras finalizar su tratamiento. La princesa ha destacado la importancia de un apoyo constante en la fase post-tratamiento, donde la vuelta a la "normalidad" resulta especialmente compleja, y ha elogiado a su esposo como pilar fundamental en este proceso.
El Castillo de Windsor no solo evoca recuerdos de la familia real británica, sino que simboliza la continuidad de una dinastía en evolución. Isabel II, apasionada por los caballos y los rincones íntimos de la residencia, habría aprobado con orgullo ver a su nieto compartiendo su legado con un invitado como Levy, un puente entre la tradición monárquica y los medios actualies, que imprimen una proximidad insólita décadas atrás.
Este episodio de El antiviajero no solo humaniza al príncipe, sino que invita a un público global a apreciar la vulnerabilidad detrás de la corona, recordándonos que incluso en palacios centenarios, las emociones universales como el duelo y la fortaleza familiar trascienden barreras.
El reciente aniversario de la muerte de Isabel II añade una capa de profundidad a estas confesiones, coincidiendo con la visita del príncipe Harry al Reino Unido, quien rindió homenaje en la tumba familiar sin cruzarse con su hermano. No obstante, gestos como el breve encuentro de Enrique con su padre destacan un atisbo de diálogo privado, sugiriendo que, en medio de las sombras, persiste la esperanza de sanación en una institución como la monarquía británica que, como Windsor, resiste el paso del tiempo.
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios