¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Repeticiones y repetidores
GANADERÍA: Se lidiaron seis novillos de Antonio San Román. TOREROS: Alberto Durán, silencio tras dos avisos y silencio. Imanol Sánchez, oreja y oreja. Javier Jiménez, silencio tras aviso y silencio tras aviso. INCIDENCIAS: Plaza de toros de La Misericorida de Zaragoza. Domingo 23 de octubre de 2011. Último festejo de la temporada. Dos tercios de entrada.
La novillada celebrada ayer en la plaza de toros de La Misericordia de Zaragoza puso el punto y final a la temporada en el coso aragonés. Un festejo en el que Imanol Sánchez cortó dos orejas -una a cada uno de sus oponentes- y el sevillano Javier Jiménez -triunfador y herido grave en la Feria del Pilar y que entraba como sustituto de Miguel Cuartero, lesionado-, dejó nuevamente una grata impresión.
Alberto Durán, con el deslucido primero, realizó una faena interesante, aunque no llegó del todo a calar en los tendidos. Además, tampoco anduvo fino en la suerte suprema.
Ante el cuarto novillo, un jabonero noble y pastueño, Alberto Durán consiguió buenos pasajes en los primeros momentos del trasteo, que fue a menos en lucimiento. De nuevo, falló con los aceros.
Imanol Sánchez se lució ante su primer oponente en ajustadas verónicas y calentó el ambiente en el tercio de banderillas, sufriendo la rotura de la taleguilla en el segundo par. En la muleta, el trasteo fue de más a menos ante un novillo con calidad; principalmente por el pitón izquierdo.
El quinto fue devuelto por inválido y saltó en su lugar un sobrero de la misma divisa, que resultó complicado. Imanol Sánchez volvió a formar un lío en banderillas y en la muleta evidenció de nuevo su entrega, voluntad y valor. En esta ocasión mató de una estocada entera de efecto rápido y fue premiado con otra oreja.
El rubio torero de Espartinas Javier Jiménez volvió a demostrar en Zaragoza firmeza. Ante el tercero, el novillo más complicado del encierro, que embistió con genio y la cara muy alta, Jiménez demostró sus dotes dominadores ante el difícil astado. Mató de pinchazo y estocada.
Con el novillo que cerró plaza se vio el mejor toreo de la tarde a cargo del novillero espartinero Javier Jiménez, destacando las tandas de naturales por su temple y lentitud. La pena es que marró con la espada y cuando tenía la puerta grande, todo quedó en una ovación.
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