La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La Sevilla de las colas
Con el triunfo de Garrido y Lama de Góngora y el indulto de novillo "Costurero" a cargo del segundo, no ha podido comenzar mejor la temporada de verano de El Puerto. Lo peor la entrada, ya que se esperaba más público en un festejo con precios populares, y que al final ha resultado un éxito por la disposición de los novilleros y el muy buen juego de los utreros de Torrestrella.
El clímax de la tarde llegó con el quinto de la suelta, un utrero de 470 kilos, número 80 y de capa negra que en conjunción con Lama de Góngora y su mano izquierda, trajo pasajes muy bellos de toreo al natural. El utrero embistiendo con clase por ese pitón y el torero pasando la mano con temple y recorrido, extenuando las embestidas.
Fue el novillo que más cumplió y cobró en varas, manejable en banderillas y con mucha más calidad por el pitón izquierdo que por el derecho. Lama, con un toreo muy nuestro, muy del gusto de por aquí, no solamente ligaba y embarcaba sino que salía de la suerte con torería bienvenidista: esa manera de andarle al toro que adoba de gracia y torería el remate del toreo fundamental.
Fue un recital del toreo al natural, con mucha más calidad que en su primero, donde hubo intermitencias por la falta de acople, pero con este extraordinario quinto se desquitó el sevillano que ha gustado mucho en El Puerto.
Apostura, naturalidad y largo recorrido en las series y un toro alegre, noble y con su punto de chispa. El indulto será reprochado por no pocos aficionados severos, pero lo que es indudable es que fue mayoritario y el mejor anuncio de la temporada. Eso sí, la imagen de la presidenta animando al público a que sacara los pañuelos para no dar los trofeos de oficio, fue tan esperpento como su inhibición con los avisos.
Con su primero, muy bien lanceando a un toro que tuvo prontitud en los cites, nobleza y que igualmente tuvo mucha potabilidad por el pitón izquierdo, que fue el que aprovechó Lama para armar una faena en la que tuvo sus altas cotas con la zurda y que fue premiada con oreja tras el cierre por bernadinas.
El triunfo también fue para José Garrido, por disposición sitio y raza. Su primero fue un utrero que vino muy a menos, que salió con poca fuerza y que, al contrario de sus hermanos, no quería nada por el izquierdo. Raza, empuje y muy buen trazo por la derecha pero no hubo más.
Con su segundo y cuarto si que hubo remate. El cite de suicida quietud para iniciar la faena con un cambiado y la raza para repetirlo y culminarlo con otros dos pases a pies juntos. Labor de entrega por los dos pitones superando coladas y una voltereta, y con un arrimón final muy en novillero. Estocada y dos orejas con fuerza.
José Ruiz Muñoz no tuvo acople con las asperezas de su novillo en una labor tibia que no convenció al tendido. Con más ganas en el sexto, su novillo se mató en un burladero al tiempo que Ruiz lo brindaba y quedó inédito. El domingo que viene, más.
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