Paco Ureña, a hombros en la Corrida de la Prensa de Murcia

Paco Ureña citando a uno de sus oponentes.
G. Lorente (Mundotoro) Murcia

19 de septiembre 2015 - 01:00

PLAZA DE TOROS DE MURCIA Ganadería: Se lidiaron toros de Fuente Ymbro, bien presentados y de escaso juego; algo mejores los tres primeros. TOREROS: Juan José Padilla, ovación tras leve petición de oreja y vuelta al ruedo tras leve petición. Manuel Escribano, ovación tras leve petición y oreja. Paco Ureña, oreja tras aviso y oreja tras aviso. INCIDENCIAS: Plaza de toros de La Condomina de Murcia. Tercera de feria y Corrida de la Prensa. Más de un cuarto de entrada.

Paco Ureña se ganó la salida en hombros en su tierra pero no por paisanaje. Lo hizo en base a una tarde de ambición y buen toreo. Templado con su primero y valiente con el último. Dos orejas de mérito para repetir triunfo en Murcia. Lo hizo, también, dentro de una corrida deslucida de Fuente Ymbro en la que Manuel Escribano, solvente y capaz, cortó un trofeo y Juan José Padilla, voluntarioso, dio una vuelta al ruedo.

El tercero fue un toro importante, de encastada y exigente embestida. Fue fundamental que el embroque y todo lo demás se le hiciera por abajo. Cuatro series con la mano derecha, rotundas y muy profundas, fueron lo mejor. Con la izquierda, un desarme y que el toro fue perdiendo fuelle hicieron bajar algo la intensidad. Lo arregló Paco Ureña en la corta distancia, con el animal ya muy a menos. Tras pinchazo y estocada cortó una oreja.

Cerró plaza un ejemplar peligroso, especialemnte por el pitón izquierdo. Fue por ahí por donde cogió a Ureña en plena faena. Por fortuna, el percance, aunque aparatoso, no causó más que la rotura de la taleguilla y el golpe. Se rehizo el torero lorquino y arrancó la oreja que necesitaba para triunfar a base de jugarse la vida de forma sincera. Sin clase, con el fondo justo y soltando la cara en su embestida, el segundo tuvo lo mejor en dos series iniciales de muleta en que tomó los engaños con emoción. Fueron muy jaleadas por el y tendido por esa emoción, que cuando el toro se vino a menos, con él lo hizo también la faena.

Manuel Escribano, solvente y asentado, saludó una ovación tras leve petición de oreja. El quinto fue un ejemplar de buena codición pero de poca raza que obligó a Escribano a poner la chispa que no tuvo el de Fuente Ymbro. Tras un ajustado y arriesgado par de Calafia, elaboró una faena de buen oficio técnico, resolviendo siempre la papeleta y en la que destacó el temple de algunos naturales. Cortó una oreja.

El primero, áspero y escaso de raza, se vino a menos en la muleta. Padilla le planteó una faena de firmeza y buena disposición. Fue ovacionado.

El cuarto, aunque deslucido, permitió a Juan José Padilla llevar a cabo otra faena de mucha disposición. Dio una vuelta al ruedo tras leve petición de oreja.

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