Morante no podrá actuar en San Miguel y será sustituido por Pablo Aguado
El diestro de La Puebla, que aún tendría que encabezar el festival del 12 de octubre, daría por concluida así una campaña condicionada por el recrudecimiento de su trastorno de personalidad
Morante abrirá el cartel del festival de los Gitanos aunque sigue siendo duda para San Miguel
Morante corta la temporada aunque aún baraja estar en Sevilla por San Miguel
Morante no actuará finalmente el próximo domingo en la plaza de la Maestranza. Así lo ha confirmado la empresa Pagés a través de un escueto comunicado explicando que el diestro de La Puebla, refugiado en Portugal, ha enviado el correspondiente parte facutativo y no estará en el tercer festejo de la Feria de San Miguel, último del abono sevillano. La misma nota señala que el diestro de La Puebla será sustituido por Pablo Aguado para hacer el paseíllo junto al rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, que se despide de la plaza de la Maestranza, y el matador de toros Juan Ortega. Los toros para rejones pertenecen a la divisa del Capea-San Pelayo; los de la lidia a pie estarán marcados con los hierros de la casa Matilla.
El matador cigarrero, mientras tanto, permanece anunciado como cabeza de cartel del festival organizado el próximo 12 de octubre en homenaje a Curro Romero y a beneficio de las obras sociales y asistenciales de la Hermandad de los Gitanos y la asociación Nuevo Futuro. Morante debe actuar por delante de Diego Urdiales, Daniel Luque, Alfonso Oliva Soto, Pablo Aguado y el novillero Javier Zulueta. Será el cierre de la temporada hispalense en espera de un nuevo Domingo de Resurrección que el próximo año caerá en la tardía fecha del 20 de abril.
Esta truncada actuación en San Miguel tenía que haber supuesto el cierre oficial a una temporada dictada en dientes de sierra en la que casi nada ha salido como se había planeado. Los recurrentes problemas de salud mental que atormentan al diestro de La Puebla desde hace más de dos décadas se habían recrudecido en los últimos tiempos convirtiendo su agenda en un ir y venir idéntico al de la campaña de 2023. El propio torero había confesado a finales de julio en una entrevista exclusiva para los periódicos del grupo Joly que esos trastornos psiquiátricos ya le cercaban el 26 de abril del pasado año, día que paseó el rabo de Ligerito, el toro de Domingo Hernández que marcó la cima de su carrera sin que en ese momento feliz se pudiera atisbar que comenzaba una angustiosa cuesta abajo.
Desde aquella fecha Morante ya no pudo ser el mismo. El torero y su entorno justificaron con la recurrente y molesta lesión de muñeca las idas y venidas de la temporada anterior, truncada definitivamente tras un sinfín de eclipses parciales después de cumplir su primer compromiso de la feria de San Miguel, en la que había ajustado dos contratos. Si en el ciclo septembrino de 2023 había sido sustituido por Sebastián Castella, en el festival del 12 de octubre –que entones tuvo como beneficiarios a la Hermandad del Rocío de Triana y la Fundación Alalá- sería suplido por Borja Jiménez, que venía de triunfar en la Feria de Otoño de Madrid.
La historia se repite
Un año después se ha reproducido un panorama muy parecido, con la temporada interrumpida definitivamente después de la fugaz, feliz y lluviosa actuación de Palencia el pasado 31 de agosto. Desde entonces no ha vuelto a vestirse de luces anunciando –o filtrando- el pasado 11 de septiembre que cortaba indefinidamente con la esperanza de poder estar listo, al menos, para torear la corrida de San Miguel de Sevilla. No ha podido ser así.
En realidad no cabía otra decisión: el diestro cigarrero ya había comenzado el año envuelto en los peores augurios mientras arreciaban los rumores sobre el recrudecimiento de ese trastorno de personalidad a raíz de su comparecencia en los flamantes Premios Andalucía de Tauromaquia, el pasado mes de febrero. Morante no estaba e incluso se vería obligado a parar antes de levantar el telón de la temporada sevillana el pasado Domingo de Resurrección. Pero el rostro del torero y su rendimiento en el ruedo seguían delatando el sufrimiento interior, forzando un segundo y largo parón entre el primero de junio y el 23 de julio, fecha en la que reapareció en Santander mostrando una absoluta plenitud artística y profesional.
Había vuelto el mejor Morante pero la procesión iba por dentro. Hubo un definitivo punto de inflexión a raíz de la sonora y polémica espantada de Linares por unos supuestos desencuentros con la autoridad gubernativa y los equipos veterinarios de la plaza. Fue el 28 de agosto pero estaba claro que había algo más. A raíz de ahí se sucedieron las caídas de los distintos carteles mientras se barruntaba lo inevitable. Ya lo hemos dicho: volvió fugazmente el 31 en Palencia y el 11 anunció que cortaba. Ahora confirma que no estará el próximo día 29 en la puerta de cuadrillas de la plaza de la Maestranza pero dicen que hará lo que sea para poder participar en el festival del 12 de octubre, orquestado como un homenaje taurino a Curro Romero.
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