En los rescoldos feriales: cuestión de memoria

EL REPASO

El compromiso y la calidad de Morante de la Puebla han abierto un ancho abismo con el resto de la torería andante en el ciclo sevillano, el último celebrado bajo los parámetros del actual contrato de arrendamiento con la empresa Pagés

El compromiso y la entrega de Morante marcan la Feria a fuego

Morante de la Puebla y David de Miranda acaparan los premios de la Feria

El reencuentro de Morante con la plaza de Sevilla ha estado marcado por su emocionante entrega.
El reencuentro de Morante con la plaza de Sevilla ha estado marcado por su emocionante entrega. / Antonio Pizarro

Ha pasado un mes largo. La Semana Santa primero y el desarrollo del largo ciclo taurino después suelen interrumpir este repasito semanal que vuelve en el corazón de la Pascua Florida a otear las líneas de frente de este singular planeta que, con los rescoldos feriales aún humeantes, se ha sumergido de lleno en el fragor de la feria de San Isidro, el mundial del toreo, que ya ha arrojado sus primeros triunfadores.

Hace una semana justa, sólo unas horas después de que se arrastrara el último miura, se fallaban los principales premios de la tardía Feria. Los jurados no se complicaron demasiado la vida al ungir como triunfador a David de Miranda en atención a la Puerta del Príncipe –la primera de su vida, la única que se descerrajó en todo el serial- abierta en la jornada del Sábado de Farolillos cuando casi todo el pescado se antojaba vendido y en el cierre de un cartel que tenía un protagonista premeditado –hablamos de Roca Rey- que pasó un auténtico quinario en una tarde absolutamente desconcertante.

Entrega y compromiso

Vaya por delante la enhorabuena al valeroso diestro de Trigueros. Ojalá le sirva para entrar en el circuito de las ferias y refrescar esos carteles manidos que empobrecen el calendario taurino. Hablaremos de ello… Pero más allá de cualquier componenda numérica hay que volver a incidir en la trascendencia y la importancia de la labor de Morante de la Puebla, basada en el compromiso con la profesión y hasta con el futuro inmediato de la propia tauromaquia.

Desde ese sentido de la responsabilidad –dejemos ya a un lado sus problemas de salud mental, que sólo a él ya le competen- hay que entender la implicación personal en la retransmisión de la corrida del primero de mayo por parte de Canal Sur. El éxito de aquel espectáculo –que incluyó la faena volcánica del diestro cigarrero- terminaba de franquear la puerta para que el serial pueda ser retransmitido en su totalidad el próximo año por la cadena pública. El asunto es vital pero más allá de las zarandajas de los antis o la presión de ciertas facciones políticas está la recuperación de la cotidianidad, la devolución de la tauromaquia a la vida doméstica; la convivencia natural, tan perdida, con un hecho de extraordinaria importancia cultural, social, económica y etnográfica cercada por la ideología woke. Se trataba, en definitiva, de hacer normal lo que es normal.

La prueba de la memoria

Morante de la Puebla, en definitiva, ha hecho una feria para enmarcar sin que le haya embestido por derecho un solo toro. Pero puestos a elegir desde esta atalaya semanal nos quedamos con la tarde de Garcigrande y aquella faena evocadora, envuelta en los sones de Suspiros de España que ya forma parte de la memoria sentimental de una Feria que ya es historia. Hablamos de ello en la contra del Viernes de Farolillos. Ahí la tienen por si quieren echarle un repaso…

Nos detenemos ahí. Ya hubo tiempo de hacer un cumplido resumen del desarrollo de un ciclo que sí ha confirmado una deriva: el fracaso de las componendas del negocio taurino al mantener la vida artificial de un grupo de toreros –el trío de la bencina y cierto espada banderillero- que se mueven por las ferias con aire funcionarial y lejos, lejísimos de la excelencia que, como el valor en la mili, se les debería suponer. De esta apoteosis de la mediocridad y el aburrimiento hay que salvar a un veterano comprometido como Miguel Ángel Perera que sí ha hecho una Feria de sombrerazo. Las cosas como son y a tal señor, tal honor. Por lo demás sigan poniendo a prueba la memoria. No hay mayor premio que el recuerdo y la trascendencia.

Ramón Valencia Pastor y su hijo, Ramón Valencia Canorea, son las actuales caras visibles de la empresa Pagés.
Ramón Valencia Pastor y su hijo, Ramón Valencia Canorea, son las actuales caras visibles de la empresa Pagés. / Toromedia

Asuntos internos

Pero más allá de premios, resúmenes y reconocimientos hay que recordar que la Feria de 2025 ha sido la última que se ha celebrado bajo los parámetros del actual contrato de arrendamiento, una relación mercantil que ha unido a la empresa Pagés con la Real Maestranza de Caballería desde 1932 y que ha sufrido una larga lista de altibajos, incluyendo algún que otro pleito. Los últimos son más que recientes y se han fallado a favor del cuerpo nobiliario que no tendrá que apoquinar a la empresa ni la morterada del IVA requerida ni la mitad de los ingresos del aprovechamiento turístico de un recinto, la plaza de toros de Sevilla, que en los tiempos que vivimos es mucho más que un mero escenario taurino. Las reglas del juego, a punto de revisar, renovar o cambiar de aires, cambiaban radicalmente…

La Maestranza ha tomado buena nota de las enseñanzas de ese pleito. En la mesa del teniente de Hermano Mayor ya están preparadas las nuevas reglas del juego que deben regir el futuro inmediato del coso del Baratillo. El nuevo contrato o pliego de condiciones está adaptado a las necesidades del tiempo actual, a las posibilidades de la histórica plaza de toros en el siglo XXI como escenario de grandes eventos, espacio museístico y atractivo turístico que va más allá de su condición de mero recinto taurino.

Pero la decisión final competirá al nuevo teniente. Las elecciones en la Casa son inminentes y la sucesión cobrará efecto, sin solución de continuidad, con el refrendo de Felipe VI, Hermano Mayor efectivo de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. A partir de ahí cabe hacerse algunas preguntas: ¿Aceptará la nueva junta del cuerpo maestrante la prórroga de un año que pretendía Ramón Valencia? ¿Cuántas ofertas se barajan a estas alturas? En la mesa de gobierno de la corporación nobiliaria hay varias opciones. Hasta ahí podemos leer.

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