Amor y satisfacción del amigo cómplice

Su jornada laboral comienza a las cinco de la mañana. El estudio de un posgrado de reconocimiento europeo en Neurología y Neurocirugía así lo requiere. Desde 1999 trabaja en la clínica veterinaria Guadiamar, que recientemente inauguró su hospital en Sanlúcar la Mayor. "Tiramos solos con el proyecto a través de créditos y la aportación de recursos propios, aunque los bancos Santander y Popular lo avalaron desde el principio y eso nos dio mucha tranquilidad. Además, el Grupo de Desarrollo Rural también nos ayudó, aunque no nos hayan apoyado las instituciones políticas de la zona". A él acuden clientes de dentro y fuera de España, principalmente a través de compañeros de profesión con casos complejos, aunque también están abiertos al público. "Hemos apostado plenamente por la tecnología y la calidad". La plantilla se compone de siete veterinarios, dos en formación (rotatorios) y personal auxiliar. Principalmente, les llegan casos de perros y gatos, "aunque últimamente también nos centramos en animales exóticos". Aves, reptiles, pequeños mamíferos e incluso linces que se acercan en busca de atención, a cualquier hora del día. "La mayor satisfacción es ver que, cuando vuelven, saben que les has hecho un bien". Un día llegó Sonsoles Espinosa. "Acudió con su perrita y nos sonaba la cara, pero tardamos en reconocerla como la mujer de Zapatero".